Las redes de distribución de energía eléctrica siempre han estado ahí. Su muy correcto funcionamiento en España les ha hecho pasar por debajo del radar sin gran protagonismo. Pero ahora, centran el protagonismo no sólo del sector energético sino de buena parte de las oportunidades que la transición energética y el despliegue de las renovables con su generación de energía barata y limpia abren para nuestro país: movilidad sostenible, centros de datos e industrias de todo tipo demandan un energía a precio competitivo que nuestro país está en disposición de proporcionar. Pero, ¿están las redes preparadas para todos los retos que tienen por delante?¿Cuál es la situación actual y cuáles los retos de futuro?

Para empezar, las redes son la columna vertebral de la transición energética y un un elemento fundamental en la lucha contra el cambio climático. Ello exige innovación tecnológica y talento humano además detambién inversión económica yuna planificación de medio y largo plazo que solo una legislación acorde  puede conseguir

Uno de los grandes instrumentos para conseguir una descarbonización real de la economía es laelectrificación general de todos los sectores y las redes eléctricas sonesos espacios de canalización a través del cuales se suministra la energía eléctrica a todos los consumidores.

En este sentido, Endesa tiene alrededor de 320.000 kilómetros de red distribuidos en territorio español, en una extensión cercana a los 195.500 km2. Gracias a estas redes de distribución, gestionadas por la filial de redes de Endesa, e-Distribución, millones de empresas, hogares e instituciones– tienen acceso a energía.

Por tanto, podemos afirmar que estas redes eléctricas son un pilar esencial de la vertebración de la infraestructura energética de nuestro país, razón por la que son, además, un elemento crucial sobre el que poner el foco cuando hablamos de revolución verde y tecnológica.

José Manuel Revuelta, director general de Redes de Endesa, cree «firmemente» que las redes de distribución «son una palanca fundamental para poder conseguir esta descarbonización de la economía y, por tanto, una transición energética real».

Sin embargo, también es cierto que estas redes deben adaptarse a un escenario complejo que aún no existía cuando fueron creadas, ya que los flujos de energía ya no son unidireccionales, sino bidireccionales. Estamos hablando de plantas de energía renovable, autoconsumo, coches eléctricos, conectados a la red, un hecho que crecerá en el futuro. La CE espera que en 2030, el 70% de la nueva capacidad de renovable se conecte a través de las redes de distribución.

«La red es el elemento facilitador fundamental de la transición energética»

Ante este escenario, muy distinto al de hace décadas, se requiere que esas redes se refuercen, mejoren y reestructures con el fin de tener más capacidad y no crear cuellos de botellaque frenen la competitividad de la economía y el desarrollo social. Detalla Revuelta que el sistema energético se apoya, sobre todo, en tres pilares fundamentales: «La electrificación de la demanda, la generación de renovables y el ahorro energético; y en las tres, el facilitador fundamental común son las redes eléctricas. Sin redes de distribución, insisto, es imposible que esto tenga lugar».

En este punto, se plantean varios retos «muy importantes» alrededor de las redes. En primer lugar, la electrificación y la descarbonización de la economía requieren que la red crezcapara ser más robusta. Es cierto, argumenta Revuelta, que «nosotros tenemos una red bastante buena en términos de calidad y mallado, si lo comparamos con otras redes de nuestro entorno; pero al ser cada día más dependientes de la electricidad, la sociedad exigirá una calidad mayor porque, además, ya no hablamos sólo de cosas tan importantes como la luz o el aire acondicionado, también nos referimos a la telefonía e internet, el consumo de agua, el sistema de riego, etc.».

Debemos tener en cuenta, además, que las compañías distribuidoras actúan por razones de eficiencia como «monopolio natural” Si no fuera así, aclara, «habría territorios en España que tendrían muchas redes y otros déficits de las mismas, como pueden ser los espacios rurales, que también necesitan del suministro de la energía».

Consumir de manera diferente 

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Por ello, señala el directivo, «es el regulador eléctrico el que establece las reglas» que deben cumplir las compañías distribuidoras  y asegura que las redes sean eficientes.

Eso sí, detalla Revuelta que, para ser más eficientes, no sólo tenemos que reducir el consumo, sino «consumir de forma diferente, cada vez es más común que nos digan que no aumentemos el consumo a ciertas horas del día, de esta forma se aplana la curva de carga». Esto será –y está siendo ya posible– gracias a «la automatización y la digitalización» del uso de la energía, «y gracias a que el distribuidor va a tener la capacidad de tener una sensorización para indicar a los clientes/consumidores cuando pueden consumir mejor».

Además de todo ello, como indicábamos, esa carga eléctrica en las redes va a aumentar de manera altísima en los próximos años. No sólo por el aumento de las renovables reflejadas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), sino también por las nuevas inversiones que se están haciendo en la instalación de data centers –centros de datos–, lo que va a requerir unas capacidades de la red superiores a las disponibles en la actualidad.

Poner bases para el futuro

«Estamos ante un fenómeno nuevo», asegura Revuelta. Razón por la que defiende, es importante tomar decisiones en tiempo y forma, con el fin de tener un desarrollo óptimo de las redes para dar respuesta a toda la demanda de energía creciente, y no trabajar a contrarreloj. «Una central de renovables tarda en desarrollarse alrededor de un año y medio o dos años; sin embargo, una red de alta tensión tarda en desarrollarse alrededor de cinco a seis años», apunta.

«Tenemos una red buena en este momento, es verdad, pero obviamente ya estamos viendo cuellos de botella que tenemos que superar con decisiones importantes a largo plazo porque el tiempo corre y estamos en un entorno competitivo donde la productividad entre países puede depender efectivamente de la construcción de redes», prosigue. Mirando a España, explica también que es un país con «una situación privilegiada» porque «tenemos sol, terrenos y una industria con capacidad de transformarse, con lo cual esta oportunidad es urgente y no la podemos perder».

Necesidades y retos urgentes 

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Para conseguir transformar las redes, como elemento imprescindible para la transición energética, el directivo de Endesa subraya que se requiere de una regulación que permita la inversión necesaria su expansión y renovación.

«Necesitamos una retribución incentivadora razonable y una simplificación del marco de regulatorio en lo que se refiere a todos los aspectos de microgestión de la trazabilidad de las inversiones, que en España es bastante más farragosa que en otros países», comenta. Otra cuestión a la que alude Revuelta es el tema de los «permisos», ya que afirma que «estamos en un entorno donde conseguir permisos para desarrollar infraestructura es muy complicado».

Por tanto, y a modo de resumen, hay que solucionar tres elementos fundamentales: «Una tasa de retribución adecuada, simplificación burocrática y permisos más simples».

Inversiones importantes que exigen garantías 

En materia de inversión, el Plan Estratégico de Endesa para el periodo 2025 – 2027, eleva la misma hasta los 9.600 millones de euros para afrontar los retos de la transición energética, un 8% más que en el plan anterior. Y del total, 4.000 millones se destinarán a las redes de distribución, lo que supone un incremento del 45% respecto al  plan precedente y evidencia la importancia creciente de las redes para avanzar en la transición energética. Esa importancia se refleja también en el  PNIEC prevé que la inversión en redes alcance los 52.400 millones de euros hasta 2030, lo que exigiría multiplicar por tres el volumen anual de inversión en la distribución y l transporte eléctrico  en los años que quedan de esta década.

Un esfuerzo muy importante, comenta Revuelta, que requiere de una regulación que garantice un retorno adecuado de las inversiones, con una tasa de entre el 7,3% y el 8,7%; así como elevar el límite actual de inversión anual en redes y una mejora del sistema de incentivos y una simplificación administrativa de los permisos.

Defiende también que a la inversión hay que sumar los plazos. «El periodo de maduración es largo y tenemos que empezar ya a desarrollar un plan de acción que active la cadena de trabajo. Desde los proveedores para tener los materiales para desarrollar la inversión hasta los empleados a los que hay que formar y contratar para llevar a cabo los trabajos,; así como gestionar y digitalizar toda la información», añade.

El auge del autoconsumo 

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Un ejemplo del papel de la red eléctrica como columna vertebral de la transición energética es el avance del  autoconsumo que ha transformado el papel de los clientes y demandaelevarla capacidad de las redes. «Hay que tener claro que el gran beneficiado de la transformación energética tiene que ser el consumidor final. Y el autoconsumo lo beneficia, así que nuestro deber tiene que ser favorecerlo al máximo», expresa Revuelta.

e-Distribución, ha conectado a la red cerca de 330.000 suministros de autoconsumo en nuestro país. Una cifra que se prevé que siga creciendo, lo que exige la generación de sistemas y procedimientos adecuados que lo permitan.

Otra revolución, asegura, va a ser el coche eléctrico, el cual debemos ver como mucho más que un elemento de movilidad. «Vamos a ver que será una herramienta de gestión energética con la que podremos exportar electricidad, así como vender a la red electricidad cuando está cara y absorberla cuando es barata, además de usarlo como vehículo de movilidad», comenta.

En este punto, «creo que veremos cosas increíbles y que Endesa, como distribuidor, será una palanca clave para conseguirlas y nuestro deber es ser capaces de anticiparnos a todo esto para no ser este cuello de botella y evitarlo».

Aumento del fraude eléctrico para plantaciones de marihuana

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Otro de los retos a los que se enfrentan las redes de distribución es al fraude eléctrico. «Es un tema gravísimo, gravísimo y probablemente la sociedad todavía no es consciente de lo que esto supone y lo que supondrá. No solamente por el fraude, sino por la atracción de un tipo de delincuencia muy concreta», comenta Revuelta.

Cree, y así lo defiende, que es importante acabar con «la idea de que el fraude eléctrico está asociado a un consumidor vulnerable que no puede pagar su factura. Eso es absolutamente minoritario. Más del 75% del fraude está asociado a negocios, industrias y sobre todo, plantaciones ilegales de marihuana». Al cierre del mes de noviembreEndesa había desconectado  de la red eléctrica más de 2.050 enganches para alimentar plantaciones ilegales de marihuana,cerca de 7 al día. Por tanto, expone, «estamos hablando de un tipo de delincuencia que está muy alejado de esta vulnerabilidad».

«Asumiendo esto», apunta Revuelta, «tenemos que tener en cuenta que ese fraude supone un peligro para la seguridad de quien lo hace, porque supone una alteración de nuestras instalaciones; es un peligro para nuestros trabajadores, para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y sobre todo, muy importante, un peligro para todos los vecinos».

Desde Endesa explican que este fraude eléctrico está provocando incendios y situaciones «de alto riesgo» para los que perpetran el delito y para los vecinos. «En muchos casos se han detectado que las mafias usan pisos habitados, incluso con niñossin ningún tipo de escrúpulo. Se aprovechan de familias con menos recursos, para desarrollar esta actividad delictiva», indica.

El fraude eléctrico por plantaciones ilegales de marihuana es muy elevado. Revuelta pone un ejemplo para ilustrar la magnitud de el problema. «. Las estimaciones indican que las plantaciones de marihuana en toda España consumen el equivalente a una ciudad como Sevilladurante un año y para conseguir esa electricidad se enganchan ilegalmente a la red.. Un delito que, además, tiene un crecimiento completamente exponencial, con todo lo que ello conlleva. No sólo problemas de calidad de suministro eléctrico para los vecinos, sino también un efecto llamada para ciertos grupos organizados de otros países de Europa, y todo lo que lleva asociado como delincuencia o blanqueo de capitales, entre otros».

Todo esto se produce, comenta el directivo de Endesa, porque «nuestro marco legal es mucho más laxo que el de otros países para este tipo de fraude eléctrico, así que este tipo de actividades están llegando a España, viendo un aumento importante en aquellas zonas conectadas con la frontera con Francia, al ser un fraude asociado a la exportación de marihuana a mercados del norte de Europa».

Vídeo. P. Iglesias / A. Cañizares / M. Jiménez