La energía hidroeléctrica siempre ha estado ahí. Forma parte del grupo de las energías renovables, tan importantes éstas para la transición energética en la que está inmersa la sociedad. Además, cuenta con una característica única que la diferencia de la eólica y la fotovoltaica, y que se antoja imprescindible para cubrir toda la demanda eléctrica: es una energía gestionable.

Santiago Domínguez, director de generación hidroeléctrica de Endesa, destaca en una visita a las centrales hidroeléctricas del Pirineo aragonés que «es –y siempre ha sido– una de las tecnologías base que tiene un gran peso en el mix de generación de todo el país. Pero es que, además, en los últimos años este peso ha crecido con respecto a otras fuentes de producción, al tratarse de una energía renovable, con una experiencia acumulada enorme y con una fortaleza que la hace mucho más relevante que el resto de las energías limpias por el hecho de ser gestionable».

Esto quiere decir, de acuerdo con el relato del directivo de Endesa, que «el disponer del agua almacenada en un embalse y poder utilizarla para producir energía eléctrica cuando realmente lo necesita el sistema para cubrir la demanda, hace de la hidráulica una pieza clave en el sistema y en la fiabilidad de atención a la demanda».

Endesa recupera la fuerza del agua

Conscientes del poder de la energía hidroeléctrica, Endesa apuesta por la fuerza del agua y, recientemente, ha añadido a su cartera energética un total de 32 centrales hidroeléctricas ubicadas en Aragón que suman 626 MW de potencia y elevan su capacidad hidroeléctrica total a más de 5.300 MW. Un movimiento de Endesa que deja constancia de la apuesta de la compañía por la hidráulica y también por uno de sus territorios históricos, donde toda su producción está libre de emisiones.

El Plan Estratégico 2025 – 2027 de Endesa contempla la hidroeléctrica como un elemento fundamental para abordar con éxito el reto de producir energía de forma limpia y sin emisiones. Se trata de una energía centenaria que representa la mitad de toda su potencia renovable a escala nacional, la cual se ve ahora reforzada gracias a la ubicación de esta treintena de plantas, próximas a otras que ya venía gestionando Endesa en las mismas zonas, lo que nos permite a la compañía aflorar sinergias muy relevantes.

Y es que el agua es un recurso endógeno disponible que, usado en el seno de las centrales hidroeléctricas, como las de Eriste y Seira, ubicadas en el corazón del Pirineo aragonés evitan la importación de combustibles fósiles, aplana los picos de precios en el mercado diario eléctrico colaborando en la competitividad de la economía, ayuda a la gestión hídrica de las cuencas en momentos de avenidas, y genera impactos positivos porque permite la celebración de eventos carácter cultural, turístico o deportivo en el entorno donde se ubica.

Elemento esencial para una plena descarbonización

Operarios de Endesa en la central hidroeléctrica de Seira, en Aragón. @Endesa

Esta energía hidráulica es uno de los grandes ejes para conseguir una plena descarbonización, siendo una de las energías renovables más antiguas que existen. Tiene el poder, además, de ser un elemento esencial para aportar al sistema estabilidad por diferentes motivos. Por un lado, tiene una alta capacidad de almacenamiento; y por el otro, como decíamos, es una renovable gestionable que se puede generar según la necesidad del momento.

De ahí que, por ejemplo, la hidroeléctrica tuviera un papel primordial durante el apagón general en toda España, el pasado 28 de abril de 2025. En este sentido, Domínguez explica que la hidráulica –además de ser centenaria– presta un servicio estratégico al sistema energético ibérico, como se demostró durante el proceso de reposición del suministro tras el apagón.

Esta tecnología «fue fundamental en la recuperación de la energía en ese momento, ya que cuenta con características físicas idóneas para levantar un sistema tras un cero. La central hidráulica tiene el recurso almacenado y eso le permite arrancar en el momento en el que se lo pide el operador de sistemas (REE). Además, tiene la capacidad de arrancar muy rápidamente y de regular la producción, es decir, empiezas con poca producción y subes de forma ágil hasta su potencia nominal», explica con detalle.

Una energía única

Imagen desde el aire de la central hidroeléctrica de Seira, en Aragón. @Endesa

Afirma Domínguez, además, que la inversión en “energía gestionable es indispensable» para el mix energético y forma parte de la estrategia de Endesa. Ante la pregunta de una posible nueva inversión o adquisición de activos hidráulicos, el directivo lo considera que «sería lo deseable, pero no creo que haya operadores que quieran vender sus centrales hidroeléctricas, así que invertiremos en las que ya tenemos para mejorarlas y hacerlas progresivamente más modernas y eficientes. Es una tecnología muy madura que ha llegado a un grado de sofisticación o de eficiencia muy alto, pero siempre hay espacio para la mejora».

Endesa, en este sentido, y de acuerdo con Domínguez, está apostando en la flexibilidad de sus centrales para que, por ejemplo, «tengan capacidad para arrancar en tiempos mucho más cortos, ajustar su producción con una precisión mucho mayor para hacer la contribución justa a cubrir la demanda y obedecer las instrucciones del operador del sistema en cuanto a potencia necesaria en cada momento».

Innovación aplicada y formación técnica

Central hidroeléctrica de Eriste, en Aragón. @Endesa

Además de ello, comenta el directivo de Endesa, aún se pueden dar pasos adelante en «la eficiencia con el fin de producir más energía con menor cantidad de agua o mejorar la integración ambiental de las centrales y poder ajustar con mucha más precisión los caudales que se liberan al cauce, los caudales ecológicos o los caudales terminados para conseguir un impacto ambiental positivo».

También la digitalización y las nuevas tecnologías están jugando un importante papel en el sector de la energía renovable. La incorporación de la Inteligencia Artificial (IA) permite, entre otros aspectos, identificar en tiempo real anomalías antes de que se genere un problema y tenga un impacto sobre la actividad general. Y es que, gracias a los sensores, no sólo se evitan posibles problemas, también se hacen mapeos que permiten un mantenimiento predictivo.

Se utilizan también drones (AlDro) y robots para hacer inspecciones en las centrales y garantizar la seguridad de las personas que trabajan en ellas. Así como simulación de diferentes situaciones con realidad aumentada para que los técnicos sepan enfrentarse a todo tipo de escenarios y saber resolverlos.

Tradición, madurez y futuro

Central hidroeléctrica de Seira, en Aragón. @Endesa

En resumen, determina Domínguez, estamos ante una energía  con mucha tradición y madurez que tiene más futuro que nunca, tanto para el mix energético nacional como para la hoja de ruta de Endesa. «Un sistema libre de CO2, como el que buscamos, requiere de la presencia de esta energía como garantía de la integración del resto de renovables. Sin una fuente de energía gestionable y libre de emisiones sería más complicado cubrir la demanda de país», apunta.

Gestionable y flexible son los dos elementos que hacen de la hidráulica una energía extraordinaria y singular.»Por desgracia, el recurso eólico o el recurso solar no hay forma física de almacenarlo. Pero en el caso de las centrales hidráulicas, los embalses son puras baterías en las que tienes energía almacenada y la fortaleza técnica de que la puedes usar según las necesidades del sistema», termina Domínguez.

Aragón, territorio histórico

Central hidroeléctrica de Seira. Aragón. @Endesa

Con la incorporación de las 32 centrales–compradas a Acciona en una operación cerrada recientemente por 1.000 millones de euros– no sólo eleva la potencia en hidráulica, también se compromete aún más con un territorio histórico para Endesa, como es Aragón.

Ignacio Montaner, director de Endesa en Aragón, desde las decimonónicas instalaciones de la central de Seira, ubicada en la comarca de Ribagorza (Huesca) y junto al río Ésera, se muestra orgulloso de que esta instalación, que es como «un museo en funcionamiento», sea uno de los puntos «más importantes en la producción de energía renovable de España y para más de 20.000 hogares de este valle». O lo que es lo mismo, sus modernas turbinas de 36,7 MW tienen la capacidad de producir 80 gigavatios/ al año.

Recuerda, además, que esta central supuso en 1918 –año de inauguración– «un gran empujón para la economía y la industria del valle que estaba al final del Pirineo, ya que esta zona apenas tenía actividad. Podemos decir, de alguna forma, que con esta central hace más de 100 llegó la electricidad y el mundo moderno, por ello, tiene un alto valor sentimental para todos los aragoneses, por todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que será».

Desde Aragón, además, no sólo han generado energía para su propio territorio, también exportaban tradicionalmente energía a las regiones colindantes más industrializadas, «como Cataluña, donde primaba la industria textil, o el País Vasco».

Hoy esta región, ligada por siempre a la generación de energía, está en el top de la producción de renovable, «con 12.000 MW instalados en el conjunto de la comunidad», concluye Montaner.