La Fundación Santa María la Real, una de las organizaciones galardonadas en la última convocatoria de los Premios Compromiso de Clece, filial de ACS, puso en marcha en 2016 el Programa Empleo Mujer Castilla y León (Pemcyl) para dar una nueva oportunidad a las ‘leonesas’.
“El empleo cumple muchas funciones en la vida de las personas y son más significativas aún en personas que se enfrentan a situaciones tan complejas como la violencia de género. Un empleo las aporta los ingresos necesarios para poder tener una vida autónoma. Además de los recursos económicos, el empleo las provee de una red de contactos profesionales y de apoyo, recurso fundamental para personas que por lo general tienen redes sociales débiles o inexistentes”. Así explican Silvia Peral, coordinadora del programa y Rocío Pérez Guardo, Responsable de Programas Empleo – Mujer en la Fundación Santa María la Real, la importancia que tiene un puesto de trabajo para las víctimas de violencia machista.
En la presente edición de 2018, 70 mujeres supervivientes de situaciones de violencia de género han encontrado un empleo gracias al Programa Pemcyl. Más allá de ofrecerles una nueva oportunidad, también enseñan a estas mujeres otras competencias valoradas por el tejido empresarial. “Realizamos talleres diversos para trabajar el autoconocimiento, la autoestima, el autocontrol y las habilidades sociales, así como otras competencias como la iniciativa y la comunicación. Un indicador que evaluamos para evidenciar el impacto social del programa es la autopercepción de las mujeres sobre su progresión profesional porque otro valor clave es la autoestima y la autorrealización”, apuntan.
Aprender a quererse
Muchas de ellas se han sentido cuestionadas y juzgadas por ser víctimas. En busca de ayuda, acuden a la Fundación con la esperanza de que alguien les abra la puerta a un mundo nuevo. “Acudí a Gerencia de la mujer para hablar con Quini por recomendación de varias personas y buscando que alguien me ayudará con la situación que atravesaba. Cuando me llamaron en septiembre, decidí ir, sin ganas, pero necesitaba salir del pozo donde estoy metida. Según pasaban los días, más rápido se pasaban las mañanas porque creo que hicimos un gran equipo: aprendimos a perder la vergüenza al hablar en público, a realizar un currículum que con mucha o poca formación resaltaban lo mejor de cada una de nosotras”, cuenta Lorena (nombre ficticio).
Para asomarse al mundo laboral, en Pemcyl hacen dinámicas, cursos y dan cursos de formación. Y, todo ello, se traduce en un impulso para ellas: “Participamos en dinámicas de grupo que nos sirvieron para reírnos de nosotras y con nosotras, algo que a todas nos hacía mucha falta. Pero sobre todo, aprendimos a valorar que, aunque somos billetes de 500€ arrugados y a los que han intentado romper en mil trozos, seguimos teniendo valor”, mantiene.
El Programa Pemcyl da un empujón a las mujeres y les permite cambiar su forma de pensar. “Ha supuesto muchos cambios en mi vida, es un programa en el cual te ayudan a abrirte a la gente, a saber valorarte tanto personal como profesional , a saber cómo eres y darte cuenta de todo lo que vales …
A parte de lo personal, también me ha ayudado a integrarme en el mundo. Gracias a él, he cambiado mi manera de pensar, de enfrentar mi día a día y afrontar las dificultades”, confiesa Paula (nombre ficticio).
Recibir este premio por parte de Clece, explican, “nos anima en nuestro compromiso con la igualdad y nuestros planes de la mejora y escalado del PEMCYL”. La dotación económica del galardón la invertirán en reforzar los contactos con el tejido empresarial. Su objetivo, de cara a 2019, es extender esta iniciativa a otras comunidades autónomas con una única meta: contribuir al reto de construir una sociedad igualitaria.