Relojes para zurdos: la nueva obsesión de los coleccionistas por su corona invertida
Ser zurdo en un mundo diseñado para diestros es una coreografía constante de adaptación. Pero en la muñeca, ese territorio íntimo donde estilo y comodidad se encuentran, los zurdos por fin reclaman su sitio. Los relojes Destro, con la corona situada a la izquierda, no sólo corrigen una incomodidad histórica: reescriben la estética, la ergonomía y hasta el lenguaje secreto de la relojería. Son piezas que desafían la norma con la discreción de un gesto cotidiano y el magnetismo de lo poco común. Hoy, más que una curiosidad técnica, los relojes para zurdos se han convertido en un símbolo de carácter, de rareza buscada y de autenticidad.
Ahí es donde entran en escena los relojes para zurdos, también llamados Destro, un término que proviene del italiano y que, curiosamente, no significa zurdos, sino que indica que están pensados para llevarse en la muñeca derecha. No se trata sólo de cambiar de lado: estos relojes reconfiguran la ergonomía, el diseño y hasta la estética de la pieza para adaptarse a la mano dominante.
El elemento más visible es, por supuesto, la corona. En un Destro, se sitúa a la izquierda, permitiendo al usuario manipularla con facilidad sin torcer la muñeca. Pero detrás de ese pequeño detalle hay un mundo de consideraciones técnicas y estéticas. Algunas marcas han rediseñado el calibre interno para que la corona funcione de manera óptima en esa posición. Otras lo hacen por comodidad pura: así se evita que la corona presione contra la muñeca al mover la mano. En todos los casos, el resultado es un reloj que se siente distinto, pensado para quien lo lleva, y no simplemente para ajustarse al estándar.
Aunque pueda parecer una tendencia moderna, la historia de los relojes para zurdos se remonta décadas atrás. Marcas legendarias como Rolex o Panerai han producido modelos con la corona a la izquierda, a veces como encargos especiales o ediciones limitadas. Uno de los ejemplos más conocidos es el Rolex Oyster Destro que perteneció a Charlie Chaplin, una pieza rara y codiciada que alcanzó precios extraordinarios en subasta precisamente por su singularidad. Hoy, la industria relojera ha abierto sus puertas a los zurdos de manera más sistemática. Modelos como el Rolex GMT‑Master II Lefty o el Tudor Pelagos Destro ya forman parte de los catálogos oficiales, y marcas como IWC o Panerai continúan ofreciendo versiones pensadas para la muñeca derecha.
Más allá de la comodidad, estos relojes tienen un encanto especial. Llevan consigo un toque de originalidad, una pequeña declaración de independencia frente a la norma. No es sólo que la corona esté a la izquierda; es que el reloj entero parece susurrar que la relojería no es sólo para diestros. Para los coleccionistas, esto añade un valor extra: la escasez de modelos y la historia detrás de cada pieza hacen que se conviertan en objetos deseables, más allá de su función primaria de dar la hora.
El precio de un reloj para zurdos no necesariamente es más alto que el de su versión para diestros. Sin embargo, la oferta es más limitada, y ciertos modelos se vuelven codiciados rápidamente en el mercado de segunda mano. Por eso, quienes buscan un Destro no sólo buscan comodidad, sino también exclusividad. Tener uno en la muñeca es, en cierto modo, un pequeño acto de distinción.
Hoy, los relojes para zurdos ya no son un capricho ni una curiosidad. Son una alternativa válida para zurdos y diestros que prefieren llevar el reloj en la muñeca derecha, para quienes valoran la ergonomía o simplemente buscan un diseño que se salga de lo común. En ellos se combina historia, funcionalidad y estilo, y cada vez que giras la corona con la mano izquierda, recuerdas que no todos los relojes están hechos para todos. Algunos, afortunadamente, giran hacia la izquierda.