El primer reloj capaz de leer el cosmos es de Jaeger-LeCoultre
El primer reloj capaz de leer el cosmos ya está a la venta y ha sido diseñado por la reconocida firma relojera: Jaeger-LeCoultre. La marca presenta este nuevo modelo al mundo y nos ha dejado ojipláticos, ya que dispone no de una, ni dos, sino ¡cuatro caras! Además de 11 complicaciones. ¿Su nombre? Reverso Hybris Mechanica Calibre 185 Quadriptyque, el reloj más complicado de la colección.
Si quieres saber cómo funciona este complejo modelo, sigue leyendo.
Reverso Hybris Mechanica Calibre 185 Quadriptyque
Si hace dos días me dicen que existe un reloj capaz de medir la incidencia de los próximos eventos astronómicos, superlunas, eclipses y demás… me habría reído. Y lo cierto es que el Reverso Hybris Mechanica Calibre 185 Quadriptyque no solo ha conseguido sorprendernos a nosotros, si no también impactar en un evento como Watches And Wonders 2021. ¿Cómo? dejando a un lado la lectura del mismísimo cosmos y sacando a la luz que ha diseñado el primer reloj del mundo con cuatro caras de visualización del cronometraje.
Como no podía ser de otra forma, la firma, Jaeger-LeCoultre, vuelve a hacer alarde de su maestría en complicaciones, (toda aquella indicación adicional que se añade a las horas, minutos y segundos), con este nuevo modelo, el más complicado de su emblemática e icónica colección.
El Reverso Hybris Mechanica Calibre 185 Quadriptyque, nombre técnico de la manufactura basada en Le Sentier, Suiza, es el resultado de nada más y nada menos que seis años de desarrollo. En este tiempo se ha combinado las áreas clave del savoir-faire de la relojera de lujo y nuevas e innovadoras indicaciones astronómicas.
El reloj más complicado
El reloj más complicado del mundo tiene un total de 11 complicaciones, en las que se requirieron nada menos que 12 patentes. Estas incluyen un calendario perpetuo y repetición de minutos, ciclos sinódico, dracónico y anomalístico… es decir, los mecanismos necesarios para leer la posición de la Luna con respecto al Sol y la Tierra. Así como predecir los eventos astronómicos más sorprendentes, cómo pueden ser las superlunas o los eclipses. Por ahora es el primer reloj de pulsera que permite estas observaciones.
Siendo objetivos, si este modelo hubiese sido ejecutado con mecanismos convencionales, el resultado hubiese sido un reloj de escritorio, no de muñeca. Sin embargo, después y gracias a casi dos siglos de experiencia y un punto de visión más amplio y moderno en innovación, han permitido que Jaeger-LeCoultre nos cuente la historia cósmica y terrestre en 51 mm por 31 mm por 15 mm. Un historia dentro de cuatro esferas.
El sello LeCoultre
Hoy en día hay muy pocos fabricantes relojeros que tengan la experiencia interna en modelos de pulsera de sonería. Y aún menos que tengan un siglo y medio de experiencia. Es aquí donde destaca la firma de lujo, con más de 200 calibres de relojes con repique en su inventario histórico y moderno.
En conclusión, estás frente a una obra de excelencia acústica y técnica, frente a la innovación en su cúspide. Este último modelo ha sido posible gracias a los 188 años de innovación y experiencia acumulada dentro de los talleres de La Grande Maison.
Jaeger-LeCoultre Reverso
Jaeger-LeCoultre Reverso nace en 1931. Tuvo su origen dada la necesidad de proteger los modelos durante los juegos de polo. Hoy, nueve décadas después, este antiguo baile se refleja en el Reverso Hybris Mechanica Quadriptyque.
El primer y original Reverso solamente disponía de una cara que decía el tiempo, con una funda móvil que podía girarse en el interior de su soporte. De esta forma se revelaba un fondo de caja sólido. Hoy estamos frente el primer reloj con cuatro esferas funcionales.
El Jaeger-LeCoultre Reverso Hybris Mechanica Calibre 185 Quadriptyque es un modelo excepcional a la vez que fácil de utilizar. Su mecanismo te permitirá configurar de forma sencilla, rápida e intuitiva las pantallas del calendario y astronómicas después de un periodo de inactividad.
Con esta pieza, Jaeger-LeCoultre confirma su posición en el sector de la relojería mecánica y reafirma su dedicación a ampliar los límites del conocimiento de la relojería.