Muere Manuel Carrera, alma de Carrera y Carrera: «Gracias a su enfoque artístico, fue un referente»
El mundo de la joyería pierde a una de sus figuras más influyentes. La histórica firma española de alta joyería Carrera y Carrera ha comunicado el fallecimiento de su fundador, Manuel Carrera. El maestro en la talla de piedras preciosas falleció el pasado 26 de abril en Madrid a los 85 años. Su legado, sinónimo de excelencia, creatividad y una mirada exclusiva hacia el diseño, ha marcado un antes y un después en la historia de la joyería internacional. El actual director creativo de la casa, Daniel Calvo, recuerda cómo Manuel comenzó en el mundo de la joyería.
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El nacimiento de Carrera y Carrera como marca icónica se produjo de la mano de una ambición compartida. Junto a Juan José Carrera, Antonio Calvo y Carlos Mellado, Manuel Carrera dio forma a una firma que se convertiría en sinónimo de sofisticación y arte.
«Comenzó siendo un pequeño taller familiar, pero gracias al enfoque artesanal y artístico, se convirtió en un referente», Daniel Calvo, actual director creativo de Carrera Carrera
La empresa fue construida sobre una sólida base familiar: un pequeño taller fundado en Madrid en 1885, en el Barrio de las Letras, que fue creciendo generación tras generación. Como nos explicaba recientemente el actual director creativo, Daniel Calvo, «Carrera y Carrera se fundó en Madrid, en el emblemático Barrio de las Letras, en el año 1885. Comenzó siendo un pequeño taller familiar, pero gracias al enfoque artesanal y artístico, poco a poco fue convirtiéndose en un referente de la alta joyería española».
Desde su juventud, Manuel Carrera demostró una pasión precoz por el oficio. A los 14 años comenzó su formación en el taller de José María Rico, donde dio sus primeros pasos en el arte de transformar los metales y las piedras preciosas en verdaderas esculturas portables. Su estilo rompedor, siempre en busca de nuevas formas de expresión, pronto lo posicionó como un referente indiscutible dentro de un sector tradicionalmente conservador.
La marca se convirtió rápidamente en un emblema del lujo español con proyección global. Su sello distintivo (la fusión entre escultura y joyería) dotó a cada creación de una identidad única. Joyas que, más allá de su valor material, narraban historias, evocaban emociones y celebraban el arte en cada detalle.
Esa capacidad para conjugar tradición y vanguardia se tradujo en una expansión internacional que llevó a la firma a posicionarse en más de 50 mercados. Sus piezas, reconocibles por el contraste entre acabados brillantes y mates, han desfilado por innumerables alfombras rojas y seducido a grandes personalidades del cine y la cultura, como Amaia Salamanca, una de sus embajadoras más visibles.
El espíritu original de Manuel sigue más vivo que nunca
La historia de la firma, sin embargo, no ha estado exenta de desafíos. En los últimos años, Carrera y Carrera atravesó un periodo complejo que incluyó su entrada en fase de liquidación y varios cambios de propiedad. No obstante, el espíritu original de Manuel Carrera sigue más vivo que nunca. En la actualidad, la empresa (dirigida por descendientes de los fundadores) se encuentra en pleno proceso de relanzamiento. Una muestra de este renacer es la reciente apertura de una nueva boutique en la calle Ortega y Gasset 23, en pleno corazón del lujo madrileño. Este espacio no sólo ofrece joyas excepcionales, sino una experiencia inmersiva en la herencia artística y artesanal de la firma.
Con más de un siglo de historia a sus espaldas, Carrera y Carrera sigue encarnando los valores que Manuel Carrera defendió a lo largo de su vida: la búsqueda de la belleza, el respeto por el trabajo manual y la osadía de quienes no temen romper moldes.