Las joyas más icónicas de la historia: una la compartieron Kim Kardashian y Lady Di
A lo largo de la historia y del tiempo han existido joyas y piedras preciosas, diamantes y accesorios que se han convertido en auténticos iconos, ya sea por la maldición que las precede, por las historias que protagonizan o por los personajes que las han lucido. Símbolos de conquista, emblemas de amor, objetos malditos e incluso opciones de estilo. Hoy en COOL hacemos un repaso por algunas de las joyas más icónicas de la historia. ¿Conocías alguna?
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Las joyas más icónicas de la historia
La cruz de Attallah
En la década de los años 20 del siglo pasado, la joyería londinense Garrard crearía una de las joyas más icónicas de la historia: una llamativa cruz con amatistas talladas en forma cuadrada, rodeadas por diamantes de 5,2 quilates, la cual es propiedad a día de hoy de Kim Kardashian… Pero también lo fue de Lady Di.
La joyería londinense Garrard es conocida por ser una de las favoritas de la princesa Diana de Gales, llegando incluso a diseñar su anillo de compromiso. Sin embargo, la joya que nos acontece no pertenecía a la princesa, sino su propietario y amigo íntimo, Naim Attallah, codirector general de Asprey & Garrard en la época, se la prestó en varias ocasiones.
Y es que, el crucifijo, brillante y atrevido, es uno de los símbolos que representan el cambio de estilo cada vez más empoderado que experimento Lady Di durante la década de los 80. Icónica es la estampa de la princesa fallecida luciendo la cruz gigante en el baile benéfico celebrado en octubre de 1987 combinado con un collar de perlas y el espectacular vestido isabelino en color purpúreo.
Kim Kardashian se haría con el crucifijo el año pasado por la considerable suma de aproximadamente 200.000 euros. Se cree que la celebritie está creando una colección de joyas pertenecientes a todas aquellas mujeres que la han inspirado, teoría que se confirma no sólo por la cruz de Attallah, sino también por el reloj Cartier Tank que adquirió de la desaparecida ex primera dama de Estados Unidos Jackie Kennedy.
La perla peregrina
Una de las joyas más icónicas de la historia: la perla peregrina, una perla con forma de pera encontrada en las costas de Panamá en el siglo XVI con una historia sorprendente. Es una de las perlas más perfectas del mundo, según los expertos.
De 50 quilates, la perla peregrina fue comprada por Felipe II de España para su esposa, la reina María I de Inglaterra. La joya pasaría de generación en generación hasta caer en las manos del José Napoleón Bonaparte. Décadas más tarde, a mediados del siglo XX, fue comprar por el actor Richard Burton para Elizabeth Taylor y fue montada en un collar diseñado por Cartier.
En 2011, la Peregrina fue subastada en Nueva York por la friolera de aproximadamente 11 millones de euros, lo que la convertiría en la perla más cara subastada hasta entonces.
El diamante Hope
También conocido como el diamante maldito Hope. Un diamante de azul intenso muy raro de 45,52 quilates. Curiosamente, al exponerlo a la luz, brilla de color rojo sangre, como si de una novela de misterio fuera protagonista.
Cuenta la leyenda que un sacerdote hindú lo arrancó impíamente de la frente de un ídolo de un templo indio. Luis XVI compraría el diamante, el cual fue robado en plena Revolución Francesa. Decían las malas lenguas que tanto el monarca como María Antonieta habían sido víctimas de la maldición.
El anillo de María Antonieta
Difícil es hablar de joyas icónicas sin mencionar a María Antonieta y la prueba está en el conjunto de más de 10 joyas que una vez fueron propiedad de la reina francesa y que finalmente serían vendidas por millones en una subasta de Sotheby’s en 2018.
¿La mejor de las piezas vendidas de la colección? Un hermoso colgante de perlas naturales envuelto a mano, colocada en un cofre y enviada a Bruselas por la misma reina, poco antes de su captura y muerte. Además del colgante, destaca un pequeño anillo con las letras M.A en diamantes y en su interior hay un mechón de pelo de María Antonieta. Una pieza increíblemente íntima.
La piedra de ‘Breakfast at Tiffany’s’
Icónica como sólo podía ser Audrey Hepburn es la piedra que lució en la película de 1961 Breakfast at Tiffany´s, filme en la que se hizo famoso el diamante de color amarillo, visualmente espectacular y culturalmente apreciado.
Sin embargo, el pasado de la piedra de 128,54 quilates es problemático. El diamante fue desenterrado en 1877 en la mina sudafricana de Kimberley, donde los trabajadores negros se veían obligados a soportar condiciones de trabajo terribles y salarios de miseria bajo el dominio colonial británico. La gema únicamente ha sido lucida por cuatro mujeres hasta la fecha: Mary Whitehouse, Hepburn, Lady Gaga y Beyoncé.