De la alfombra roja de los Forqué a la calle: las joyas vintage más codiciadas y cómo llevarlas
Demi Moore deslumbró en los Gotham Awards con un espectacular collar de Bulgari y ahora, en la XXX Edición de los Premios Forqué, las joyas vintage se han convertido en las verdaderas protagonistas de la alfombra roja. Begoña Vargas, Clara Alvarado y Violeta Mangriñán brillaron con piezas únicas de Joyas Antiguas Sardinero, firma dirigida por Pilar Lobato, referente en la recuperación y comercialización de joyas históricas. Conversamos con Lobato para descubrir qué ha impulsado este éxito del estilo vintage en el siglo XXI y cuáles son las claves de este renacimiento.
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«El encanto de las joyas antiguas radica en que son piezas únicas, irrepetibles y cargadas de historia»
El éxito de vintage en los Premios Forqué confirma el renacimiento de las piezas antiguas en el mundo de la moda y el cine. Actrices, influencers y celebridades las eligen no sólo por su belleza única, sino también por la historia y el valor que representan. Como afirma Pilar Lobato, «el encanto de las joyas antiguas radica en que son piezas únicas, irrepetibles y cargadas de historia».
Begoña Vargas, Clara Alvarado y Violeta Mangriñán son sólo algunas de las embajadoras que han demostrado que lo vintage nunca pasa de moda. Una tendencia que, lejos de ser efímera, está llamada a perdurar y seguir brillando dentro y fuera las alfombras rojas.
Según Pilar Lobato, el siglo XVIII representa la época dorada de las joyas, donde las piezas adquieren un valor excepcional. «Las joyas de esta época son más escasas. Nos encantaría tener mucho más producto, pero su disponibilidad es limitada», explica. Estas joyas, elaboradas artesanalmente, están trabajadas con diamantes facetados con pocas caras, lo que les otorga una belleza singular. La escasez y el trabajo manual elevan su valor año tras año. «Son piezas de una orfebrería manual y una delicadeza que ya no se repite en la joyería moderna», añade Lobato.
El auge de los años 80
Pilar Lobato también destaca un fenómeno reciente: el renacimiento de las joyas de los años 80. «Este boom viene impulsado, sobre todo, por la gente más joven. Los que vivimos esa época no nos sentimos tan atraídos, pero las nuevas generaciones han redescubierto las joyas que usaban sus abuelas o bisabuelas. Finalmente, todos hemos caído en la fascinación por este estilo», afirma Lobato.
Las piezas de los 80 se caracterizan por ser grandes, llamativas y con una fuerte presencia de oro y piedras preciosas. Una tendencia que, según la experta, ha llegado para quedarse.
Pero, más allá del atractivo estético, las piezas vintage también representan una inversión inteligente. «Comprar joyas siempre es una buena inversión, y si son vintage, aún más. La clave está en disfrutarlas. Con el tiempo, suelen revalorizarse o, como mínimo, permiten recuperar la inversión inicial», explica Lobato.
En muchos casos, el valor de estas piezas aumenta considerablemente si se conservan durante largos períodos de tiempo, convirtiéndose en auténticos legados familiares.