Coches

Lynx, la empresa del exmánager de Carlos Sainz

11 de la mañana en Madrid. Es la hora a la que nos ha citado Borja Ortiz-Echagüe, exmánager de Carlos Sainz, para emprender nuestro camino hasta Valdecañas, a unos 160 kilómetros de la capital. Hoy nos vemos con él para que nos cuente sobre su último proyecto: Lynx, una empresa que nace en pleno confinamiento y que pretende evitar la extinción del clásico Land Rover. La entrevista arranca de manera informal en trayecto. Un tú a tú en el que poco a poco nos sumergimos en el mundo del automóvil, uno de los motores de la vida del protagonista, además de su familia.

Dieciséis años con la familia Sainz

Hablamos de su trayectoria y de su pasión desde muy pequeño por las motos y los coches : las Bultaco, las Montesa y los Land Rover. Algo que ha vivido en casa con sus hermanos mayores. Borja tuvo la suerte o casualidad de cruzarse en el camino con Carlos Sainz padre. Una curiosa historia que demuestra que los sueños no son imposibles. Se conocieron de manera casual. Comienza a contarme. En este momento me doy cuenta de que tengo que dejar el papel y el bolígrafo a un lado para atender esta entrevista y poder traducir sus sentimientos a estas líneas. «Sentía que tenía que trabajar con él, era mi ídolo, bueno, y sigue siéndolo» señala, así que no dudó en acercarse y proponerse para trabajar en su equipo. Aquí comenzó todo.

Tras este encuentro fortuito y con una vacante en el Karting Carlos Sainz en  2002 comienza su aventura como Director Comercial.  Esta fue una de las muchas etapas profesionales que ha vivido junto a esta familia en los dieciséis años que han estado juntos. La última fue de la mano de Carlos hijo. Y es aquí cuando realmente cumple su sueño: ser manager de un piloto de Fórmula 1. Una labor que implica estar codo a codo con el piloto, ser su apoyo incondicional y acompañarle en sus múltiples y variados entrenamientos. Además de gestionar la prensa, comunicación o patrocinadores. «Este trabajo también implica estar fuera de casa alrededor de unos doscientos días al año», apunta.

Borja Ortiz-Echagüe, fundador de Lynx / Foto: COOL

La familia, su pilar fundamental

Es aquí cuando da un cambio de rumbo la conversación y habla del tiempo, de su familia, uno de sus pilares básicos y «por lo que todo tiene sentido en la vida«, recalca Borja. De sus tres hijas, y de su mujer. Borja es un tipo familiar y eso se le ve cuando habla de su gente. «Es algo que echaba de menos con ese ritmo de vida». Llegó un día en el que sintió que tenía que seguir otro camino, que había llegado a la cima y que le tocaba apostar por  sus tres hijas y su mujer. «Por los domingos con mi familia al completo. Por los buenos y malos momentos de cada una de ellas» y, por supuesto, por despertarse cada mañana al lado de su mujer, Livia Ballesteros. Se le ilumina la cara cuando habla de ello.

Cómo reinventarse en pleno confinamiento

Ya casi estamos a punto de llegar al pantano. Allí nos va a contar sobre su último proyecto, Lynx. Una empresa que nace en pleno confinamiento junto a Iván González,  y con la que buscan recuperar el icónico Land Rover Defender y rediseñarlo para que sea un vehículo reconstruido para el siglo XXI. Toda una experiencia que va desde encontrar el vehículo, la carrocería, mecánica o el propio interior del vehículo para hacerlo único.

Borja Ortiz-Echagüe con uno de sus coches / Foto: Lynx

Ahora sí, llegamos a nuestro destino. En el pantano prepara dos coches del garaje para que salgamos al campo. Uno es un Land Rover Santana 109 serie II de 1969 y el serie III de 1980 con dirección asistida.  En el paseo en uno de ellos le pregunto por el tipo de cliente al que se dirige. Borja lo tiene claro, «alguien que le guste disfrutar de la vida despacio, de los paseos a 80km/h por la sierra o la playa» (menciona Cádiz y Comporta, en Portugal), «de un picnic improvisado con sus hijas y sobre todo que sea amante de los coches».

En la imagen varios Land Rover Foto : Lynx

En lo que llevamos de año ya han vendido varios coches con restauración integral cada uno de ellos. «Uno se ha quedado por la zona de Valdecañas y otro se ha ido a Portugal», cuenta Borja. En el paseo continuamos hablando del proceso de cambio de este Land Rover, mientras suena de fondo música de un Marshall,  incluido en los extras que lleva el vehículo. «Los detalles, esto es lo que nos hace especiales, nosotros hacemos un 360º, del coche destrozado a dejar el coche impecable«. Entre todos ellos resalta la llanta, el altavoz, neumáticos hasta el volante, todo con piezas originales. «Esto es lo que define a Lynx», apunta.

Borja es una de esas personas que ha buscado el lado bueno del confinamiento para reinventarse y valorar «lo que de verdad importa».  Después de dejar su trabajo en enero, abandonar una empresa que iba a ver la luz en pleno confinamiento confió en este nuevo proyecto en el cual  nuestro protagonista podría aportar experiencia y cariño. «Nunca es tarde para empezar de cero un camino nuevo, no importa la edad», concluye.