Gastro

Los cuatro enólogos que están cambiando las normas del vino

Foto: Antídoto

En la primera gran cita vinícola del año, el IX Salón de Vinos Radicales, hicimos un recorrido por todas las regiones del país a través de 240 referencias y conocimos a los 39 viticultores participantes. Ribera del Duero, Menorca, Castilla y León, Rioja, Ribeira Sacra, Extremadura… En búsqueda de las expresiones más auténticas, singulares y transgresoras del encuentro, descubrimos más de cerca tres bodegas que nos llegaron al corazón no sólo por su gran savoir faire, sino también por su historia. Antídoto, Binifadet y Cabecita Loca. Hablamos con sus responsables y te descubrimos sus vinos y viñedos.

Antídoto, vinos de Soria

Detrás de Antídoto se encuentran David Hernando y Bertrand Sourdais, el vigneron francés que se enamoró de Soria. Tras iniciarse en el mundo del vino en el Loira, descubrió en 1999 una tierra con una gran tradición vinícola y valiosas viñas viejas apenas trabajadas, más allá de una elaboración casera. En 2011 creó junto con David la bodega revolucionando el mundo del vino.

David Hernando y Bertrand Sourdais / Foto: Antídoto

Mientras que en la Ribera del Duero se arrancaron viñedos viejos para plantar grandes parcelas de viñas clonadas, en la Ribera del Duero soriana disponen de los viñedos originales. Y eso es esto, precisamente, lo que les hace especiales y diferentes.

Roselito. Foto: Antídoto

En el Salón de Vinos Radicales pudimos catar sus cuatro vinos estrella, mientras David los describía con tres palabras. «Antídoto es ilusión, comienzo y rebeldía; Le Rosé, elixir, sensualidad y descubrimiento; Roselito, homenaje, tradición e innovación; La Hormiga, pasión, crecimiento y plenitud».

David Hernando y Bertrand Sourdais / Foto: Antídoto

Bertrand y David confiaron en un terreno que nadie quería porque «siempre decían que Soria era muy heladizo y que la uva no maduraba». Es por ello que los viñedos antiguos se salvaron y ellos se enamoraron de la tierra para hacer grandes vinos que «reflejan las características y calidades de su suelo y la genética del viñedo».

Bertrand Sourdais. Foto: Antídoto

El mayor desafío al que ahora se enfrentan, según David, es «mantenerse al mismo nivel de calidad y profesionalidad que hemos alcanzado a día de hoy».

Cabecita Loca, vinos transgresores

En Somontano de Bardastro (Huesca) se encuentra esta bodega que nos llamó la atención primero por su nombre y, segundo, por sus derivados del vino. Los únicos del Salón de Vinos Radicales con sangría y vermouth gourmet. Pero comencemos por el principio para entender Cabecita Loca. Sus responsables son Víctor e Isabel, un matrimonio con un sueño en común: regresar al lugar donde sus antepasados nacieron y vivieron para dar rienda a su pasión, que es elaborar vinos. 

Isabel y Víctor / Foto: Cabecita Loca

«En 2013 empezamos a fermentar en ánforas de barro (como se sabe que fueron las primeras elaboraciones de vino hará unos 6 milenios) y después lo hicimos en odres de cuero, damajuanas a la intemperie y también en fudres de roble, reproduciendo métodos de elaboración tradicionales con los conocimientos enológicos actuales«, nos explica Víctor para señalar que su objetivo era recuperar aromas y sabores de antaño. Tal es así que es el único Artesano Alimentario en el sector del vino en Huesca, certificado por el Gobierno de Aragón.

Foto: Cabecita Loca

Zinca Alma de Barro es el vino que pudimos catar, una de sus producciones más especiales. Se trata de un blanco y un tinto, ambos fermentados, criados y embotellados en barro. Victor nos explica que «las botellas de barro son elaboradas por un artesano alfarero aragonés, una botella que por sus características es idónea para seguir criando el vino y envejecer».

Zinca Alma de Barro / Foto: Cabecita Loca

Viendo que en el mercado no había verdaderas sangrías artesanas, en 2017 lanzaron la suya con vino de calidad, mosto de uva, zumos naturales, canela en rama y vainas de vainilla. «Esto nos llevó en 2018 a que nos dieran una medalla de Oro en Convino, el único concurso de sangrías de España«, recuerda Víctor.

Foto: Cabecita Loca

Ese mismo año lanzaron su vermouth, el producto más reconocido de Cabecita Loca, pues en 2022 se coronaron como el mejor vermouth de los International Wine Challenge de Londres, obteniendo el Vermouth Trophy. Nos cuenta que el mayor desafío para este 2024 es obtener la certificación en ecológico.

Foto: Cabecita Loca

Binifadet, ‘made in Menorca’

Dentro del Salón de  Vinos Radicales viajamos hasta Menorca para conocer Binifadet, «un negocio familiar que inició Carlos Anglés cuando en 1979 plantó las primeras viñas en su casa de Sant Lluís, al sur de Menorca. Elaboraba vino en casa para consumo familiar hasta que en el año 2000 decidió comprar la finca Binifadet en Sant Lluís y construir una Bodega para elaborar de manera profesional«, nos cuenta Luis, su hijo, quien hoy en día está al frente del negocio junto con su mujer Patricia Menéndez.

Foto: Binifadet

La bodega abrió sus puertas en 2004 con la primera añada que salió ese año al mercado. En la actualidad, elaboran 12 tipos de vinos diferentes. «Disponemos de un restaurante en nuestra terraza con vistas a los viñedos y ofrecemos visitas y experiencias que aúnan nuestra pasión por el vino y por la cultura local», señala Patricia.

Rosat / Foto: Binifadet

Luis nos adelanta que este año saldrá al mercado sus primeros vinos con variedades autóctonas, uno con Giró Ros y otro con Garnacha blanca. «Nuestro propósito es seguir indagando en lo que esta tierra y este clima puede ofrecer trabajando variedades autóctonas, además queremos seguir incorporando nuevas experiencias que aúnen Menorca y el vino con el disfrute del que nos visita».

Foto: Binifadet

Tuvimos la suerte de probar Binifadet tinto, elaborado con merlot, syrah y monastrel. En boca es suave, elegante y ligero, pero con mucha complejidad. También Merluzo, uno de los más solicitados en la isla. Un blanco fácil que rescata la esencia de la casa.

Merluzo / Foto: Binifadet