Descubrimos Turquía en el mágico Expreso del Este
Turquía, aunque no lo parezca, también se cubre de nieve. Un manto blanco cubre parte del país cuando llega el invierno, y ese manto blanco mágico hace que estos rincones de la geografía turca se conviertan en el destino idóneo fuera de la ruta de siempre. Imagínate recorrer todas esas zonas en tren. No te lo imagines… existe, es el Expreso del Este, el tren para soñar con un viaje como los de antes. Un auténtico viaje de ensueño de 1.310 kilómetros, en un día, que llevan desde la capital turca a casi la frontera con Armenia. El Dogu Express, como también se llama este tren, es uno de los más bonitos de Turquía.
El Expreso del Este (el turístico) surge después de que antes de la pandemia, ante la popularidad del tren original que conecta ambas zonas, Turquía decidiera tener un tren con más comodidades, con más lujos. Si queremos algo más genuino, siempre tenemos la primera opción. Podemos dormir en camas como las de nuestra casa, o ser más aventurero y apostar por literas. El turístico también tarda más, dándonos tiempo a visitar un poco más en algunas paradas. Sea como fuera, es siempre buen plan.
«Durante los trayectos, es común que los pasajeros, procedentes de variados rincones del mundo, se reúnan en sus vagones para realizar un intercambio cultural, lo que se plasma en decoraciones típicas o en manjares que traen de sus países o que encargan al servicio del tren», explican desde Turismo de Turquía. Esa es la magia también de viajar en tren. Parece todo de cuento.
¿El trayecto de este tren mágico? De Ankara, la capital de Turquía, a Kars. Y en medio, algunos rincones inolvidables que sólo podemos captar desde la ventanilla del tren, y otros que podemos disfrutar con más tiempo como Erzincan y Erzurum o en Divrigi o Sivas. Nombres que te resultarán desconocidos hasta que los visites. Después se te quedarán fijados en la memoria.
«Antes de emprender el viaje de vuelta a Ankara, el Expreso del Este se detiene en la mágica ciudad de Kars, puerta de entrada a Anatolia desde el Cáucaso. Kars ha acogido a lo largo de su historia varios asentamientos. Por sus tierras han pasado urartios, persas, romanos orientales, selyúcidas, otomanos o rusos, dando lugar a un destino de una riqueza cultural y arquitectónica totalmente ecléctica», explican.
Kars es uno de esos rincones desconocidos de Turquía que merece la pena descubrir. El propio viaje ya forma parte del destino, pero esta ciudad turca cuenta con el Yacimiento Arqueológico de Ani, Patrimonio de la UNESCO. Además de maravillosas mezquitas y catedrales dentro de la ciudad amurallada. Y hay tiempo para el esquí. A sólo 56 kilómetros está la tercera estación de esquí más alta del mundo: Sarikamis. Este tren no puede tener un final más increíble. Iyi yolcuklar.