Notpla: botellas que se mastican y envases que se deshacen con sello español
Hablamos con Rodrigo García, cofundador de Notpla, a quienes algunos han bautizado como el DaVinci español. Un joven inventor que ha hecho uso de su ingenio para dar vida, entre otras cosas, a la gotella. Una botella comestible gracias a la que, por fin, podremos decir al plástico adiós. García hace uso de las algas del mar para crear envases con infinitas posibilidades. Son muchas las inquietudes que nos surgen al respecto y, con la amabilidad, la serenidad, la rigurosidad y el aplomo que lo caracterizan, García disipa nuestras dudas desde su oficina en Londres.
Pregunta: ¿De dónde surge la empresa? ¿Cómo nace?
Respuesta: Me pregunté de qué manera podíamos distribuir el agua sin utilizar plástico y desarrollé el proyecto. Salió victorioso en varias competiciones y a partir de ahí empezó un poco a rodar. Mi socio Pierre y yo conseguimos financiación de la Unión Europea hace tres años y montamos un equipo y una oficina.
P: ¿Y ahora cuántos sois?
R: Somos 27 y ahora a principio de año ampliamos equipo.
P: ¿Y estáis todos en Londres?
R: Sí. Ahora con la pandemia hay gente trabajando desde casa en otros países pero como sede solo tenemos Londres.
P: ¿En qué países estáis comercializando ahora el producto?
R: Nosotros tenemos varias líneas de producto. Uno de los productos que tenemos es Ooho, que debe su nombre al sonido que la gente hace cuando lo ve por primera vez. Es un envase para líquidos hecho de alga que es biodegradable pero también puede ser comestible. Lo hemos estado utilizando en tres líneas de aplicación. Una de ellas son los eventos deportivos como han sido por ejemplo Roland Garros y la maratón de Londres. Otra son los samplings para marcas en Miami y Sudáfrica. Son cosas puntuales. Eventos en los que se consume mucho plástico en un momento dado, como festivales de música, por ejemplo. Y una tercera línea son las salsas de ketchup, mayonesa y demás. Además tenemos tres líneas de producto más. Una para sustituir por algas las cajas de cartón de la comida. Esto lo estamos probando sobre todo en Londres con Just Eat como partner.
También estamos haciendo cosas de película, es decir, membrana plástica sin plástico. Hacemos por ejemplo un paquete de pasta que puedes poner directamente en la cazuela, se disuelve y añade también la sal que necesita la pasta. Intentamos aportar algo de valor, no solo reemplazar el plástico. Además ahora tenemos también un equipo nuevo y hacemos lo que llamamos “special projects”, que son innovaciones que nos vienen dadas por clientes. Aquí estamos trabajando diferentes cosas como papel sin utilizar árboles o envoltorios para juguetes.
P: ¿Y qué hay del campo de la cosmética?
R: También estamos haciendo cosas. La industria cosmética no se ha visto tan afectada por la pandemia como la de la alimentación o los eventos. Además es un campo en el que el packaging tiene bastante relevancia. Así que estamos trabajando con muchas empresas.
P: ¿Crees que precisamente con la pandemia hemos dado un paso hacia atrás en términos de sostenibilidad?
R: Un poco quizá. El consumo de plástico se ha disparado. Esto a veces es necesario, para tener las cosas bien aisladas y demás pero, como hemos leído en algunos estudios elaborados por distintas universidades, ocurre que en el plástico el virus vive mucho más. Creo que la pandemia ha contribuido a que creamos que si las cosas no están bien embaladas en plástico no son seguras. Hay una doble concepción de la realidad.
P: ¿En qué punto crees que se encuentra España en relación al cuidado del planeta?
R: Depende en qué ámbito. Creo que tradicionalmente como país tenemos muchos valores positivos. Hemos vivido sin plástico por muchos siglos. Últimamente se nos ha olvidado cómo hacer las cosas sin la dependencia tan grande que tenemos hacia este material, que es un material increíblemente bueno, por otro lado. El problema es cómo lo usamos, de manera abusiva sobre todo con esos productos que tienen una vida útil muy corta. El plástico es un material que dura 700 años y a veces lo usamos para cosas que duran menos de dos días. Eso no tiene sentido. En España tenemos sistemas que no necesitan plástico. Por ejemplo, se consume, en términos generales, la fruta sin envasar. En Reino Unido por ejemplo la fruta se importa y se embala mucho más. Aquí en UK se consume también mucha comida precocinada. Entonces creo que en España estamos un poco por delante y un poco por detrás. Yo veo por ejemplo el caso de mi abuelo. Es una persona que quizá no sepa mucho de todo este tema de la sostenibilidad y sin embargo de forma natural es una de las personas más “sostenibles” que conozco. A todo le encuentra un segundo uso. Un valor. Creo que hemos dejado de lado en las últimas décadas esa cultura que teníamos como sociedad pero podemos retomarla fácilmente. Creo que muchas de las soluciones las tenemos en el pasado.
P: Cierto. Pero hablemos de futuro. ¿Hacia dónde camina Notpla?
R: Nuestra ambición es hacer un envase que sea más parecido a la naturaleza, a las frutas por ejemplo, que al plástico. Queremos romper los estereotipos. Tenemos la filosofía de que no hay un material que sirva para todo sino que dependiendo del uso, del contenido y de lo que vaya a durar hay un tipo de “piel” distinta. Es lo que ocurre con las frutas. Algunas tienen piel comestible. Otras no. Unas son más duras. Otras más blandas. Este es el camino por el que queremos ir. Hacer más o menos capas de mayor o menor dureza en función del producto y el uso que se le vaya a dar. Estamos haciendo cosas con pastas de dientes, por ejemplo. También con champú. Lo ideal sería que la capa en la que va envuelta el champú se pudiera disolver en agua. Queremos industrializar las líneas de producto que tenemos abiertas y validar cada una de ellas en los segmentos a los que nos enfrentamos.
P: Por otro lado, tenemos entendido que hay cierta relación entre la gotella y el mundo gastronómico. ¡Cuéntanos!
R: Sí, cierto. La técnica de utilizar ciertos hidrocoloides de algas como los alginatos en cosas gastronómicas tiene su origen en los 30. Se ha empleado a lo largo de los años en distintos productos como es el caviar falso, las huevas de pescado y el relleno de pimiento que lleva la aceituna. Generalmente ese pimiento no es pimiento sino alginato porque el pimiento decoloraría la aceituna en si o enturbiaría el agua que las envuelve. En el año 2000 Ferran Adrià también cogió esta técnica y la aplicó al mundo de la restauración. Así, nosotros tomamos esta técnica del ámbito culinario y la traspasamos al mundo del envase para ver qué potencial tenía. Quisimos ver si en vez de emplearse como una experiencia en el ámbito de un restaurante se podía hacer más resistente para que se pareciera más a un envase que al falso caviar, por ejemplo.
P: Pero ¿podemos disponer de tantas algas como queramos de forma libre o hay algún tipo de restricción?
R: El alga es un material muy abundante. Cuando decimos alga estamos diciendo “planta del mar”. Hay tres especies principales: las marrones, las verdes y las rojas y dependiendo del tipo mar, de la corriente y demás hay una especie u otra. Hay algas que se cultivan y algas que se recolectan. Es bastante parecido al mundo de la agricultura o la madera. La mayoría de la producción de alga mundial está en Asia. Aún así, las algas se emplean más de lo que pensamos. Es posible que hoy hayas tomado algas si te has comido un yogur o un cruasán por ejemplo. También se usan mucho en la industria textil. Quizá tu camiseta tiene también algún tipo de espesante hecho de algas. Es un material que se utiliza bastante. Es un organismo con mucho potencial porque crece incluso más que el bambú. Algunas fuentes dicen que las algas crecen un metro por día. No necesitan regadío ni fertilizantes y no compiten con otras fuentes alimentarias como la patata o el maíz que se emplean ahora también para hacer envases porque estos materiales incrementan el precio del producto.
P: ¿Y en vuestro caso, qué algas utilizáis? ¿Las cultiváis?
R: Nosotros hemos probado con hasta 70 tipos de algas diferentes pero sobre todo intentamos utilizar algas lo más locales posible. Para las algas marrones tenemos un partner en el norte de Francia. Para las rojas compramos a diferentes productores en el norte de España. En Europa no hay tanta cultura de cultivo de algas sino más de recolección porque hay mucha más oferta que demanda en comparación por ejemplo con Asia, donde se cultiva mucho más. Ahora empieza a haber en Europa, y es bastante emocionante, granjas de cultivo, pero estas no tienen todavía la escala necesaria para suministrar a este tipo de industrias. Pero creo que estamos dando entre todos un empujón a todo esto. Nosotros por ejemplo trabajamos con granjas pequeñitas en Holanda intentando fomentar el cultivo, que tiene más futuro que la recolección.
P: ¿En algún momento pensasteis que esto no iba a salir adelante?
R: Sí, claro. Esto era un proyecto que no tenía la ambición de convertirse en una empresa. Pero sí queríamos que tuviera cierto impacto. Por eso compartimos en un inicio vídeos y demás. La gente reaccionó muy bien y eso ha sido lo que lo ha movido hacia adelante. Pero sigue habiendo muchos riesgos y desafíos por delante. No damos nada por sentado.
P: ¿Y qué consejos entonces das a tus alumnos si quieren sacar adelante una idea?
R: Por un lado que compartan la idea. Muchas veces pensamos “tengo una idea pero no se la voy a decir a nadie para que no me copien”. Yo creo que es un poco lo contrario. Para que una idea crezca tiene que ser compartida. A veces busco la similitud entre los niños y las ideas. Al principio necesitan un papá y una mamá y poco a poco van haciendo sus amigos y aprendiendo a andar por si solos, a ser independientes y a generar dinero en cierta manera. Por otro lado les recomendaría que probasen la idea lo antes posible. No hace falta que una idea esté muy validada para probarla. Nosotros hoy estamos aquí porque hemos tenido la habilidad de probar el producto. Es esencial conseguir feedback lo antes posible. Si quieres meter gol, tienes que tirar mucho a puerta. Nunca te la vas a encontrar sin portero así que tienes que tirar muchas veces. Si no tiras, nunca vas a meter.