Ginebra: una bebida con pasado real y un presente marcado por los cócteles que elige la ‘jet set’

• Lucía Lera

Se dice que la reina Isabel Bowes-Lyon, madre de la monarca Isabel II de Inglaterra, no perdonaba su copa de ginebra a la hora del té. Incluso se acuña a su pasión por el destilado a su larga longevidad, pues se decía satíricamente que llegó a vivir 101 años gracias a que «se conservaba en ginebra». Casualmente un hábito que también heredó su hija. La ginebra es y siempre ha sido una de las bebidas favoritas de las altas esferas y por ello, el calendario le reserva cada segundo fin de semana de junio el Día Mundial de la Ginebra. Repasamos algunos de los cócteles que han influido a perpetuar la historia de esta bebida.

• La única ginebra del mundo que puedes mezclar en un cóctel y usar como perfume
• Las coctelerías más COOL de Madrid: 9 templos de la mixología donde empezar la noche con estilo

La raíz de la ginebra no es más que un destilado de la cebada, el centeno o el maíz, aromatizado con enebro. Quizá ahora no viva sus mejores años en lo que a popularidad se refiere, pero su vinculación a la corona británica y su aparición como actor secundario en todas las escenas de la gran pantalla que implicase un bar han consolidado el mito en torno a esta bebida.

Sobre el origen de la ginebra, lo cierto es que debemos rememorar un par de siglos atrás, cuando comenzaron los primeros destilados. Richard Barnett en su libro The Book of Gin (2012) menciona el origen de la destilación en la alquimia árabe y los botánicos cristianos. No fue hasta el siglo XVI cuando el jenever comenzó a popularizarse en los Países Bajos. 

Se dice que el rey holandés Guillermo de Orange fue quien llevó la receta a Inglaterra tras subir al trono en 1698 como Guillermo III. Claro que tal fue su popularización que la población inglesa terminó cayendo en un problema de consumo, tal y como recogen escritores como Lesley Solmonson o Jenny Uglow en sus respectivas obras.

De su parte histórica a su faceta de lujo. También la ginebra ha sucumbido a los encantos de la élite, en lo que a excentricidades se refiere. ¿Acaso habrías imaginado pagar más de 150.000 euros por una botella? Sabiendo que bajo el nombre de Bombay Sapphire Revelation la firma Bombay sacó una botella limitada a 5 unidades que sacó al mercado por esa cantidad, no es de extrañar que también podamos hablar de lujo en este destilado.

Todo porque se trataba de una edición extra limitada cuya botella era un diseño de Karim Rashid tallado en cristal de Baccarat. Con un tapón joya, en el sentido literal de la palabra. Porque el diseño de Garrard se encarga de sellar el interior de la botella con una pieza decorada con diamantes y zafiros. 

Los mejores cócteles con ginebra

Ahora bien, lo que realmente ha pasado a la historia de esa bebida es su versatilidad y la cantidad de combinados que nos ha dejado. Algunos de ellos nos suenan familiares y otros esconden perlas de la gastronomía líquida que deberían estar en el radar de los amantes de esta bebida.

• Gin tonic

El nombre no engaña: nada más que ginebra y tónica. Lo cierto es que dos bebidas surgidas con fines curativos, combinadas, dieron como resultado uno de los cócteles más míticos elaborados con ginebra. Porque, sí, los destilados en sus inicios fueron creados con fines curativos, pero la historia de la tónica también comparte matriz. De hecho, fue creada a finales del siglo XIX en la India, cuando los colonos británicos tomaban como medida contra la malaria quinina con agua y luego con soda y algunos aromatizantes. Hoy poco tiene de curativa, pero sí que es capaz de evitar que caiga una noche.

¿Cómo se hace? Con el gin tonic no hay grandes complicaciones con la ginebra que decidas echar. Además, tampoco requiere coctelera, sólo que llenes un vaso de hielo, eches 50ml de ginebra, 100 ml de tónica y perfumes con una rodaja de limón el borde y el interior.

• Negroni

Cuando el Conde de Florencia Camillo Negroni iba a su bar de confianza, entre 1919 y 1921, se dice que siempre pedía lo mismo: Vermouth Rosso y Campari. Hasta que su camarero de confianza decidió añadir a la mezcla un toque de ginebra. Así daría comienzo la «bebida del conde Negroni», o lo que es lo mismo y como hoy lo conocemos, el Negroni.

¿Cómo se hace? Este es un cóctel equilibrado, por lo que no requiere grandes complicaciones con las medidas ya que tendrás que echar 30 ml de ginebra, Vermouth Rosso y Campari.

• Tom Collins

Todo un clásico y, aunque su origen es incierto, se dice que fue la mezcla del nombre de la ginebra original con la que se elaboraba (Old Tom) y de su creador (John Collins), allá por finales del siglo XIX. 

¿Cómo se hace? Añade en una coctelera 60 ml de ginebra, 25 ml de zumo de limón, 15 ml de sirope de azúcar, 50 ml de soda y 6 gotas de stillabunt magic velvet (o una clara de huevo en su lugar). Agita y, ¡listo! 

• Gin Martini

Elegante, chic, a puro estilo Manhattan y servido en copa Martini con dos olivas en su interior, queda a la perfección en cualquier ocasión.

¿Cómo se hace? añade 60 ml de ginebra (a poder ser seca, de calidad, para que el cóctel sea más elegante), 10 ml de vermut seco y hielo. Como guarnición bien sirve incluir aceituna verde o un twist de limón.

• Clover Club

Tomando el nombre del club masculino donde se originó, este fue uno de los cócteles más conocidos del siglo XX en Estados Unidos. Concretamente en Filadelfia, su lugar de origen. Y más aún si tenemos en cuenta que fue justo momentos antes de la llegada de la Ley Seca.

¿Cómo se hace? Introduce hielo en una coctelera con 45 ml de ginebra, 15 ml de sirope de frambuesa o granadina, 20 ml de zumo de limón y una clara de huevo. Agítala y sírvelo sobre una copa fría, añadiendo como guarnición fresas.

• Singapore Sling

Creado en la ciudad de Singapur, en Long Bar del hotel Raffles por el bartender Ngiam Tong Boon, este cóctel data de 1915. Por aquel entonces residía en la zona una gran colonia británica y se dice que Tong Boon pensó: ¿Qué mejor manera de atraerlos al restaurante que mediante un nuevo cóctel?

¿Cómo se hace? Dentro de la coctelera introduce 30 ml de ginebra, 15 ml de licor de cereza, 7.5 ml de Cointreau y de licor Bénédictine, 10 ml de granadina, 10 ml de zumo de lima y 120 ml de zumo de piña. Además, remata el toque dulce con unas gotas de Angostura bitters