Dubrovnik, el destino culinario que saborea la pura esencia del Adriático
Si miramos dos décadas atrás, irnos de vacaciones a Croacia era una idea que nos constaba dentro de nuestros planes. Situado entre Bosnia-Herzegovina y Eslovenia, encuentra sus fronteras entre el Danubio medio, en su límite oriental, y el mar Adriático, en su extremo occidental. Con el trabajo de los años, el país se ha posicionado entre uno de los destinos más populares para visitar en verano o invierno y un destino exclusivo para todas las fortunas del mundo, para escapar de una forma invisible y conseguir esa intimidad tan reclamada. Muchos viajan por sus mares, otros viajan por su cultura, pero muchos optan por hacer un turismo más experiencial y ese es el turismo gastronómico. Su capital, Dubrovnik, se ha posicionado, con los años, entre uno de los destinos culinarios de preferencia, donde los platos tradicionales checos aúnan elementos y crea vida con la cocina fusión, regalando una esencia propia a esa unión entre ingredientes. Los destinos COOL, son los destinos de experiencias y vamos a descubrir la gastronomía que nos regala Dubrovnik.
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Declarada Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es una ciudad muy rica en historia y cultura, en la que los visitantes pueden realmente sumergirse a través de las calles de adoquines de su casco antiguo y sus murallas medievales. Denominada como la perla del Adriático, los grandes elementos de la ciudad se ven bañados con el sol del mediterráneo. Fortalezas, iglesias de carácter barroco, góticas y renacentistas, respiran una fascinante historia. Su oferta culinaria se da la mano con su magnífica oferta de vinos, degustando una mezcla de sabores que se explotan sobre las papilas gustativas. Todo ello refleja la riqueza de la variedad de esta parte de Europa.
Su variedad de restauración es amplia y la alta cocina está presente, por lo que vamos a hacer una ruta gastronómica sobre una de las referencias balcánicas.
Restaurante Posat
Con una amplia terraza e imponentes vistas hacia el casco histórico de la ciudad, esta joya gastronómica aúna la elegancia con la extravagancia, cuya perfección y prestigio se debe a la oda que hacen sobre los productos de temporada. La delicadeza con la que se acompañan sus platos, trabaja con una estética apetecible.
Restaurante 360
Una de las joyas de la ciudad, puesto que cuenta con una estrella Michelin. Situado en el corazón del casco antiguo de la ciudad, sus cocinas están capitaneadas por el reconocido chef Marijo Curić. Su cocina no es de elección, sino que solamente posee dos menús degustación, los cuales juegan con una sinfonía de sabores que alteran las papilas gustativas, elevando el sabor a otro nivel. La carta está inspirada en los sabores e ingredientes de Dubrovnik y en la cocina Mediterránea, utilizando técnicas culinarias francesas.
Restaurante Vapor
Recomendado por la reconocida Guía Michelin, Vapor es uno de los restaurantes más populares de la ciudad y está ubicado en el Hotel Belevue. Sus espacios ofrecen un entorno tranquilo e íntimo con vistas al mar tanto desde el interior como desde la amplia terraza. El chef de Vapor ha creado un estilo de cocina regional utilizando ingredientes mediterráneos junto con elementos de la cocina internacional. Los huéspedes pueden saborear el menú de degustación de siete platos para disfrutar de una experiencia completa.
Restaurante Prora
Ubicado dentro del Hotel Excelsior, es la opción perfecta para disfrutar de un reconocido almuerzo al lado del mar, con la selección mediterránea más fresca, destacando el carpaccio de pescado, langosta con pappardelle casera o vieiras con pesto. Toda una oda que aúna el mar con los sabores más característicos de la tierra.
Restaurante Bowa
Situado en la isla de Sipan, a unos 35 minutos de la ciudad de Dubrovnik en barco, Bowa es un jardín secreto de delicias para todos los sentidos. Con la estética de una cala adyacente, la belleza de este oasis gastronómico nació cuando tres jóvenes unieron su inspiración y pasión por el mar, la comida y el estilo de vida mediterráneo. El menú que han creado es un gran tributo en clave nostálgica de aquellos días en que los niños pasaban el verano con sus abuelos. Sirven pescado fresco del día, verduras cosechadas a mano, frutas del jardín y aceite de oliva casero de la isla de Sipan.