Costa Rica en 5 experiencias inolvidables
A la hora de escoger un lugar al que escaparse por vacaciones, hablar del paraíso es sinónimo de imaginarse descansando en una playa de arena blanca donde el silencio manda o entre agrestes paisajes donde el tiempo se para. En Costa Rica ahí esto y mucho más.
Si estabas buscando una excusa para coger un avión, aquí te dejamos cinco motivos que hacen único a este destino que enamora a todo aquel que lo conoce.
País de volcanes
Es Costa Rica el país del ecoturismo por antonomasia. Junto a su poblada fauna y flora, sin duda sus volcanes son otro interesante aliciente para ponerse las botas y adentrarse en una de las cordilleras volcánicas que cruzan el país para encontrar nombres como el Poás, considerado uno de los mayores volcanes de Costa Rica.
Magia verde
Lleno de parques naturales, el país es una joya de reservas en las que perderse. Especial mención requiere la Reserva de Monteverde y su bosque nuboso, uno de los hábitats más raros de la Tierra.
Como su nombre indica, aquí una densa neblina se extiende por la selva tropical, invitando a transportarse a un mundo mágico difícil de olvidar en el que, además, es posible pernoctar y hacer actividades paralelas.
Por ejemplo, el hotel El Establo invita a sentir la naturaleza colindante en todo momento, tanto desde los balcones de sus habitaciones con forma de bungalows suspendidos como a través de actividades como sus caminatas nocturnas en las que descubrir, a la luz de la linterna, del bosque y su fauna por la noche.
Artesanía indígena
Es Guaitil, ubicado en la provincia de Guanacaste, un pueblo con historia propia: la cerámica chorotega.
Practicada por los aldeanos de esta provincia durante siglos, utilizando prácticas antiguas transmitidas de generación en generación, la cerámica chorotega utiliza la arcilla local para estilizarla con diseños únicos y ornamentos propios de los indígenas Chorotegas de Costa Rica. Sin duda pasear por los tantos puestos de alfareros merece una parada.
El rey de las tortugas
Es esta, sin duda, una de las experiencias que más han trascendido de todo aquel que visita Costa Rica. Pero no es un fenómeno que solo puede descubrirse en Tortuguero, donde las épocas de desove suelen darse todo el año dependiendo de la especie.
Otra interesante alternativa espera en la paradisiaca Camaronal, en Guanacaste, donde si hay algún hotel que ejemplifique la exclusividad y el lujo del país, ese es el Punta Islita.
En este cinco estrellas no faltan paseos a los vecinos pueblos, avistamiento de los coloridos guacamayos o disfrutar de la mágica experiencia del nacimiento de tortugas en una playa vecina.
Descubrir luz en el agua
Decíamos que el paraíso suele presentarse en nuestra mente como una isla desierta, salvaje, donde el mar y la naturaleza sean idílicos compañeros. Pues a Isla Chiquita solo se llega en barco (o en helicóptero).
En esta aventura hotelera que ocupa, solo ella, una pequeña isla, no solo se duerme rodeado de naturaleza, también se puede disfrutar de la magia de la luminiscencia.
Bastará una pequeña red o un tarro de cristal, inclusive la propia mano, para descubrir con la luna cómo decenas de minúsculas criaturas crean un baile de luz bajo el agua. Magia que solo selectos lugares del planeta presentan, entre ellos, Costa Rica.