Decoración
El teatro olvidado y reformado de Maria Antonieta en Versalles
Un lugar mágico y solitario. Con o sin pandemia, una sala raramente acompañada por el público. Sin embargo, es curioso que el teatro de la Reina, construido por Maria Antonieta en Versalles, nunca deje de renovarse. «Es como la Bella durmiente» afirmaba a la AFP Raphaël Masson, conservador jefe del Patrimonio de Versalles, refiriéndose al teatro, considerado joya patrimonial, disimulado en los jardines del Petit Trianon: el lugar secreto de María Antonieta.
Este año durante la pandemia aprovechando la crisis sanitaria, por la cual las visitas guiadas o escolares han estado prohibidas, se ha llevado a cabo la reforma del teatro. Si quieres conocer los detalles de la reforma y su olvidada historia, sigue leyendo. No te dejará indiferente.
El Teatro de Maria Antonieta
Fue en los jardines del Petit Trianon, el lugar secreto de María Antonieta, donde, en el verano de 1785, la reina, amante de la música y el teatro, interpretó por última vez en escena el rol de Rosine, en ‘El Barbero de Sevilla’ bajo la mirada de su autor, Beaumarchais.
El teatro fue construido por Richard Mique, arquitecto de María Antonieta. Lo más interesante de todo, es el ÚNICO teatro en todo Francia que conserva una tramoya del siglo XVIII, en funcionamiento. Este fue conservado por la Revolución, considerándolo de poco valor. El teatro se ha convertido en todo un milagro de conservación, en los últimos 240 años ha sido mínimamente utilizado. Antiguamente todos los nobles, empresarios, príncipes y demás, disponían de un teatro propio en su residencia, actualmente todos ellos han desaparecido, menos este.
Este año durante la pandemia aprovechando la crisis sanitaria, los conservadores y artistas se han dedicado a reproducir el telón del escenario, el cual estaba muy desgastado.
El nuevo telón fue instalado en diciembre, este muestra tonalidades azul cobalto y ribetes dorados, decorado con ornamentos, es, según el conservador «un lienzo de lino pintado, que imita un plisado». Un decorado mágico con sala propia decorada como teatro, con falso mármol, papel maché y cartón, que no te dejará indiferente.
El telón original fue vendido al finalizar la Revolución, el actual es una copia de este ya que se ha querido conservar el testimonio auténtico.
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Otras de las tareas que se han llevado a cabo ha sido completar los fondos de los decorados. Antiguamente, durante el reinado de Maria Antonieta, la sala podía acoger, aunque no te lo creas, a un total de 250 personas. Contiene tres decorados de interior rústico, un bosque y el templo de Minerva, que es nada más y nada menos que el decorado teatral ¡más antiguo del mundo! Diseñado en 1754.
La supervivencia de este edificio es un testimonio único del siglo XVIII. Su fragilidad es enorme por lo que se intenta recrear testimonios y preservarla.
Los efectos del siglo XVIII
Los decorados fueron instaurados en el siglo XIX, pero funcionan siguiendo el principio teatral del XVIII, con un cambio de efecto. Este se basa en un telón levantado y ante la mirada de aquel que presencie la obra. Los bastidores que sostienen los decorados se deslizan sobre rieles, lo que da una perspectiva que te resultará impresionante.
Actualmente los conservadores intentan reconstruir un cuarto del decorado total, «la plaza pública» y la tramoya de época, la cual deja una trampilla por la surgiría el decorado de un árbol.
Tristemente, la sala no se ha utilizado, desde 2011, para su uso original. Únicamente se han llevado a cabo un concierto cada dos año.