Piet Mondrian: El pintor de los cuadraditos en Madrid
Una de las formas de expresión artísticas más relevantes hasta el momento es el Arte Abstracto. Y si tuviésemos que destacar entre los movimientos más insignes y peculiares, el Neoplasticismo fundado por Piet Mondrian en 1917, sin duda, sería uno de ellos. Desde el pasado 11 de noviembre, la capital madrileña acoge la obra de este pintor en el Museo Reina Sofía con motivo de su 30 aniversario. Esta muestra permanecerá en la ciudad hasta el 1 de marzo de 2021, por lo que si aún no la has disfrutado, todavía estás a tiempo.
La creación de Mondrian ha pasado a ser una de las más importantes de los artistas que pertenecen a la “revolución cubista”. Tendencia innovadora que precede a la abstracción y considerada la primera dentro de las vanguardias del siglo XX. Esta etapa, que podría ser identificada a través de diversas nomenclaturas por la multitud de estilos que abarca, se inició con con el cuadro Demoiselles d’Avignon de Pablo Picasso.
Es curioso analizar el paso del tiempo por mediación del arte y cómo un movimiento logra hacer mella en la sociedad. Ahora, que todo va tan deprisa, parece que comenzamos a comprender la verdadera importancia del significado del ‘minimalismo‘. Un concepto que el pintor ya plasmaba sobre el lienzo y que hoy muchos tratamos de aplicar en nuestro día a día.
A través de la revista De Stijl, el pintor neerlandés revolucionó el arte corroborando el espíritu innovador que define su personalidad. Además, es preciso mencionar su devoción por la arquitectura, uno de los aspectos que refleja la exposición. Podemos encontrar, entre otros, algunos ejemplos de diseños del arquitecto Berlage, quien resultó ser una de las figuras en las que se inspiraba el vanguardista. Theo van Doesburg es otro de los nombres a destacar en cuanto a las influencias que recibió Mondrian. Fue miembro de la misma revista y creador de la obra “Maqueta para una casa particular”, igualmente expuesta.
Serenidad como protagonista
La sala recoge parte de la obra de Piet Mondrian, donde es posible contrastar y observar la evolución en su técnica y estilo; en los que confluyen corrientes emergentes como el cubismo, el fauvismo o el puntillismo.
Naturaleza muerta con naranjas de 1900, es uno de los cuadros que dan paso al proceso creativo de Mondrian. Donde, a través de sus trazos, se enfocaba en plasmar bodegones y paisajes holandeses que le permitieron afianzar su habilidad artística. Una etapa en la que los colores pastel eran los principales protagonistas y los encargados de transmitir tranquilidad mediante paisajes serenos. Aunque, según nos vamos adentrando en el proceso creativo, veremos cómo se transforma este aspecto.
El pintor de cuadraditos
El que junto a Picasso es uno de los referentes de la modernidad, se centraba en cada momento en encontrar una “belleza universal”. Con motivo de una ardua búsqueda de respuestas, decidió trasladarse durante una época a París en 1912. Lugar donde sus experimentos le llevaron a concluir que esa belleza tan ansiada reside en elementos referentes a la superficie, la estructura y a la composición del color y las líneas. Aquí el pintor descubrió la clave de su pintura, la cual le ha llevado a convertirse en «el pintor de los cuadraditos», como se le conoce popularmente. Un pintor que ha logrado que la belleza de sus cuadros haya trascendido hasta ámbitos como la moda o la decoración.
«En el arte plástico, la realidad sólo puede expresarse a través del equilibrio del movimiento dinámico de la forma y el color, y los medios puros (limpios de funcionalidades de representación) ofrecen la forma más eficaz de conseguirlo», dejó escrito el creador. De este modo expresaba la relevancia de la plasticidad, cauce de expresión de su propia visión de la realidad.
Esta exposición, que celebra la tres décadas de recorrido del Reina Sofía, concluye dedicando sus dos últimas salas a la que se reconoce como última etapa de Mondrian. Cuyos elementos estrella, ahora sí, resultan ser un compendio de líneas horizontales y verticales que delimitan planos de color rojo, amarillo, blanco o azul. La intención del pintor no era otra que conseguir plasmar la cantidad de oportunidades compositivas posibles con estos recursos limitados. La suya, fue una trayectoria de pruebas continuas influenciada por sus viajes o hitos como la Primera Guerra Mundial. Momento en el que decide disminuir, aún más, la aplicación de colores y formas geométricas en cada uno de sus cuadros. Nueva York fue otro de los lugares que ayudaron al artista a encontrar su más pura esencia; cabe mencionar la importancia para él de la música jazz.
Moda como altavoz
Si paseas por los alrededores del museo, seguramente encuentres a personas caminando con mascarillas de estampados Mondrian, ya que las venden en el museo. Los ‘cuadraditos’ no solamente se encuentran reflejados en sus pinturas. Para nada. La moda se ha inspirado en varias ocasiones en la obra del pintor para fusionar este campo con cultura. De esta manera la cultura se aproxima al espectador aún más.
Pero si hubiese que destacar una obra artística que vinculase al diseño de moda con el arte. No cabe duda de que entre las primeras, si no es la número uno, estaría incluida la Colección Mondrian de YSL. En el año 1965 este diseñador presentó un vestido basado en el cuadro ‘Composición II en rojo, azul y amarillo’ del pintor holandés despuntando entre el resto de piezas.
Bautizado como Mondrian, se ha convertido en un icono de la moda de los años 60 que encajaba con el Movimiento Mod. A día de hoy se reconoce como una de las obras maestras del modisto, y se encuentra expuesto en el Museo Yves Saint Laurent París.
Así es, estás ante la oportunidad de compartir un ratito con uno de los pintores internacionales más reconocidos del siglo XX en Madrid. Se trata de una cita para acercarte al arte abstracto y a la mente de este célebre pintor. La interpretación de sus obras adquirió tal fuerza e influencias que se podría decir que sus cuadros suenan a Jazz.