Javier Castillo: «Escribo thrillers centrándome en las emociones»
Nos adentramos en la mente de Javier Castillo porque él, además de ser un genio de las palabras y las emociones, no teme a abrir el cajón de su imaginario para desvelarnos los matices de su creatividad, ni tampoco en desvelar que algunas de las escenas narradas en su última novela, ‘El cuco de cristal’, son fruto de su propia nostalgia y recuerdos de la infancia. Charlamos con el maestro del thriller para leer entre líneas su nueva novela y también para hablar de la adaptación a serie de ‘La chica de la nieve’, que se ha posicionado entre las ficciones más vistas a nivel mundial.
«Tuve que aprender a gestionar (el éxito) porque te paraliza, te entran inseguridades y puedes llegar a perder la cordura»
El 2 de febrero de hace cinco años, vio la luz la primera novela de Javier Castillo ‘El día que se perdió la cordura’, pero no fue hasta su tercera novela cuando el autor empezó a sentir la presión del éxito. «Tuve que aprender a gestionarlo porque te paraliza, te entran inseguridades y puedes llegar a perder la ‘cordura’ hasta que te das cuenta de que hay cosas que no dependen de ti», señala el escritor que ha vendido casi dos millones de ejemplares.
No le gusta que le pregunten cómo se ve dentro de cinco años porque, a diferencia de una de la protagonistas de ‘El cuco de cristal’, él no sabe leer las líneas de la mano. «Solo sé que sigo teniendo sueños y espero no estar en el mismo lugar que ahora… Sueño con estar paseando con mi mujer, mirando el mar, desayunar con mi familia…».
«Mi manera de escribir un thriller es centrándome en las emociones más que en que pasen cosas»
Con cada libro, que ya van seis, Javier Castillo rompe las reglas del thriller. «Me gusta centrarme en las emociones más que en que pasen cosas como que exploten coches y haya disparos… Los giros suelen ser emocionales; es decir, que un protagonista que habla en primera persona te traslade a su dolor, sus miedos, a sus inseguridades».
«Cuando vuelva a releer la novela dentro de unos años, será como ver una foto en blanco y negro»
Escribir es un ejercicio de creatividad, pero también de entrega y de ahondar en tus propios demonios. ‘El cuco de cristal’ tiene dos protagonistas presentados en diferentes espacios temporales. «Cora tiene fragmentos de mí, pero más Edwind. Él tiene recuerdos y nostalgia mía. Por ejemplo, la escena del pasado en el que un hermano despierta al otro para jugar a la play, que juntos quieran ver la peli de Jumanji… Ese soy yo», confiesa Javier que no duda en desvelar que también hay pasajes en el libro que pertenecen a su día a día: «Nosotros en casa, los domingos, siempre hacemos para desayunar tortitas y mi hija mayor me ayuda. En la novela hay una escena de un domingo de tortitas. Cuando vuelva a releer la novela dentro de unos años, será como ver una foto en blanco y negro».
«La historia de ‘El Cuco de cristal’ es un thriller aterrador a la vez que hermoso»
Su última novela asegura que «es una historia de amor, de no soportar hacer daño a la otra persona, de no soportar que otra persona te cuide, de no soportar ser una carga y en el momento que entiendes que es una historia preciosa y que vas a viajar con ese corazón de fondo durante toda la historia…». Cora es una estudiante de medicina que se encuentra entre la vida y la muerte al sufrir un infarto. Un corazón llega a tiempo y ella, agradecida, decide conocer quién es su donante adentrándose en una familia con un enigmático y traumático pasado.
‘El día que se perdió la cordura’
Sus novelas siempre se ambientan en lugares fuera de España y Javier explica que está motivado por la historia que va a contar. «Lo que cuento en mi primera novela, ‘El día que se perdió la cordura’, es tan sorprendente, de un hombre que caminaba en la calle desnudo, con la cabeza de una mujer… Que si la ambientaba en España perdía realismo; sin embargo, en EE.UU. tenemos en la mente que estas cosas sí pueden pasar».
‘Todo lo que sucedió con Miranda Huff’
«Mi objetivo es contar historias concretas buscando el lugar idóneo. ‘Todo lo que sucedió con Miranda Huff’ es la historia de dos guionistas en crisis y el mejor lugar para ambientar algo así es Los Ángeles».
‘El Cuco de cristal’
La historia de ‘El Cuco de cristal’ se desarrolla entre Nueva York y Steelville, una ciudad de Misuri. «Quería contar la historia de un donante y que la protagonista pudiera conocer su historia. En España el registro de donantes es privado, pero en EE.UU. te puedes apuntar en uno en el que la familia del donante puede acceder para ponerse en contacto contigo si lo desea».
‘La chica de la nieve’
«Con ‘La chica de la nieve’ y ‘El juego del alma’ quería hacer una crítica al periodismo sensacionalista. Cuando los escribí recuerdo el morbo descarnado y horrible del niño de Totalán que se cayó por un pozo y falleció. La manera en la que tratan los medios estas tragedias a veces es descarnada…Y claro, quería hablar sobre ello pero no quería que ningún medio o periodista se identificase, por eso lo llevé a Nueva York».
Sin embargo, la adaptación a serie de este best seller se desarrolla en Málaga. Algo que se hizo con conciencia al igual que Amaya (la niña desaparecida), que, en lugar de tres años, en la ficción tiene cinco «para que pudiese interpretar la carga emocional de grabar bajo la lluvia». La serie arranca con la Cabalgata de Reyes de 2010, cuando Amaya desaparece entre la multitud. Miren (Milena Smith), es una periodista en prácticas que con la ayuda de otro periodista (José Coronado), investigará el caso, despertando los recuerdos de su traumático pasado.
«La serie de ‘La chica de la nieve’ es un thriller en el que el dolor es el motor de la historia»
«‘La chica de la Nieve’ la escribí como un thriller dramático, de explorar el dolor, la pérdida… Y lo que hemos hecho con la serie ha sido intentar acercarnos a esta premisa. Es decir, crear un thriller en el que el dolor es el motor de la historia», explica Javier Castillo.
El lenguaje cinematográfico tiene sus propias reglas y «no se puede trasladar a la ficción escena a escena el libro, sino que se trata de recrear las emociones. Un personaje que está solo en una habitación, en una novela el narrador puede llenar dicha habitación de sensaciones. Pero en el cine, no. Se ve a un personaje solo, no ocurre nada y es aburrido. Tiene que hablar con otro y que suceda algo para que desencadene una montaña rusa de vivencias».
«He tenido la suerte de poder formar parte del equipo de la serie, con los guionistas, con los actores… Miren (Milena Smith), es exactamente como yo la imaginé», confiesa Javier Castillo.