Daniel Figuero, embajador de fragancias de Dior, lanza ‘Contraperfume’
Daniel Figuero es reconocido ya en la industria literaria por su primer libro Blanco Roto, pero también lo es por su trayectoria en el mundo del perfume. Es uno de los pocos Fragance Ambassadors de Dior. Precisamente de la industria en la que trabaja -y a la que llegó un poco por casualidad- trata este segundo libro: Contraperfume. Un libro con el sello de Editorial Superflua que nos va a servir para conocer qué hay alrededor de este mundo lleno de glamour y belleza. ¿Es oro todo lo que reluce? ¿Cómo surgieron los perfumes? ¿Hay contradicciones en este mundo tan aparentemente perfecto? Todo esto lo revela Daniel Figuero en su libro, que se acaba de publicar y hemos charlado con él.
¿Cómo llegó el perfume a tu vida?
Como una ola… (se ríe). Laboralmente me quedaban un par de asignaturas para terminar Psicología, así que busqué un trabajo en Sephora para compatibilizar. Acabé la carrera pero también me quedé en el sector… hasta hoy. A mi vida personal llegó de otra manera que cuento en los primeros capítulos y prefiero no desvelar.
¿En qué consiste tu trabajo?
Formo parte de un equipo de 13 embajadores repartidos por el mundo que formamos parte del proceso creativo de las fragancias Dior, acompañamos a François Demachy, nuestro perfumista, para descubrir las materias primas en su país de origen, y cada uno transmite esos conocimientos a prensa, influencers y los equipos que trabajan con nosotros.
Este es tu segundo libro… ¿Qué diferencias ha habido con el primero?
Muchísimas. Para empezar, este es no ficción, con lo que tuve que ser muy cuidadoso con las referencias para apoyar mis reflexiones. Me he dado cuenta de que en ficción me encuentro más cómodo, pero estoy muy orgulloso del esfuerzo vertido en Contraperfume. Y creo que me desvelo más en este ensayo que en cualquier ficción.
¿Cómo surgió este segundo libro?
En cuanto a los viajes que narro, han salido casi de forma natural del cuaderno de notas que me acompaña cuando estamos en las fábricas o en los campos de materias primas. El resto es una amalgama de libros, teorías, descubrimientos y quince años de profesión.
¿Cómo lo has escrito?
No quería hacer un manual de perfumería al uso. Durante tres años que me ha llevado he tenido muchos momentos de confusión. Finalmente decidí escribir algo que solo yo pudiera contar, con mis referentes, no los de la industria. En este sentido Martín, mi editor, me ha animado mucho para seguir ese camino.
¿Por qué el nombre de ‘Contraperfume’?
Apareció en mi cabeza y su sonoridad no me abandonaba. Me empeñé en este título porque hace referencia a esas contradicciones que todos tenemos… especialmente la industria del perfume.
¿Qué es lo que nos va a sorprender?
Precisamente esas contradicciones, y rasgar un poco tanto velo de algodoncitos y muselinas: descubrir la agricultura que hay detrás, que el perfume se puede observar desde otros lugares como el horror, la perspectiva de género, la conciencia de clase, el contexto histórico…
¿Por qué los olores son tan importantes en nuestra vida?
Encontraremos un par de capítulos sobre el sentido del olfato, y aunque me he dejado llevar un poco por la perspectiva psicobiológica ─no he podido remediarlo─, no hay que olvidar que el olfato, más allá de un sentido de supervivencia, está terriblemente asociado a los recuerdos. Nos perfumamos a veces para recordar, pero también para existir.
¿Qué supone publicar libro con la Editorial Superflua?
Pues ver mi nombre detrás del de Chandler Burr, Dana Thomas o Dominique Lelievre es algo que no me hubiera imaginado ni en sueños. Si he podido escribir este libro a mi manera, solo Superflua, especializada en moda y perfumes, podía publicarlo. Y bueno, que me he nutrido de su colección y de su amistad, cosa que siempre agradeceré a Martín y a Pau.
¿Por qué los perfumes siempre evocan un universo paralelo, un mundo de fantasía, algo evocador…?
Es un relato que las marcas se han esforzado en apuntalar desde que el perfume se convirtió en un accesorio hedónico, despojado de sus facetas místicas o higiénicas. Pero tengo la sospecha de que ese discurso está cambiando. También ayuda esa relación tan intensa con nuestros recuerdos de vida.
¿Cuál es tu olor favorito?
Probablemente el de la siesta, una cabeza caliente sobre algo mullido.
¿Y el olor que más odias?
El olor a hipoteca. Y a toalla húmeda.
¿A qué va oler el 2021?
Pues sinceramente, espero que a aire libre. A mucho aire libre, todo el tiempo.