Ramón Exerez: «A Casa Exerez 1910 he traído lo mejor de lo mejor; zapatos exclusivos y con carácter»
El 30 de agosto de 1887, después de terminar su aprendizaje gremial de maestro a medida, Ramón Exerez Verdú trabajó de medidero. Al cabo de algunos años viendo lo que el mercado requería, en 1910, se decidió por la reparación. Es en este momento cuando empieza la maravillosa historia de Casa Exerez 1910, el taller de reparación de calzado de alto nivel más emblemático de la capital. Un prestigioso local que, después de tres generaciones, continúa erigiéndose como la absoluta referencia en elegancia y estilo en cuanto a calzado masculino. En COOLthelifestyle, tuvimos el placer de escuchar de cerca el origen de Casa Exerez 1910, en la nueva boutique en Claudio Coello 69, de la mano del ya muy conocido y querido Ramón Exerez Cabadas, quien con gusto, galantería y un sentido del humor único, nos hizo un recorrido completo a lo largo de su historia y negocio familiar, además de ofrecernos algunos de sus secretos magistrales sobre calzado y estilo. Una charla divertida, amena e instructiva, repleta de anécdotas y secretos, resultado del gran conocimiento y bagaje de nuestro protagonista, «un enamorado de los zapatos», como él mismo se define.
En sus orígenes, Casa Exerez 1910 llegaría a tener tres talleres en el madrileño Paseo de Extremadura. Sin embargo, debido a la Guerra Civil, aquella zona quedaría totalmente destruida.
Más adelante, el 2 de abril de 1939, día siguiente del final de la Guerra, el maestro Ramón Exerez Verdú abría un nuevo taller en la emblemática calle Jose Ortega y Gasset, concretamente en el número 11, con salón de limpiabotas.
Emprendedor y artista en el mundo del calzado, amigo de toreros y confidente de importantes personalidades, no tardaría en trabajar para las grandes familias de la capital. Su emblemática fachada amarilla y roja vería pasar al Príncipe, y más tarde al Rey Juan Carlos, o a Mario Moreno, entre muchos otros ilustres.
Lo que empezaría siendo un pequeño taller acabó convirtiéndose en el centro de trabajo de nada más y nada menos que 14 personas.
En 1978 Ramón Exerez Verdú abandona este mundo dejando como legado su taller de reparación de calzado a su hijo Sebastián Exerez. El joven llevaba ya desde 1960 haciéndose cargo del mismo, manteniéndolo con las mismas ganas y con la misma política que su padre.
Es entonces cuando aparece nuestro protagonista, Ramón Exerez Cabadas, el nieto de Verdú, quien comienza su aprendizaje profesional en el seno de la familia, como nos cuenta en la entrevista.
Colabora durante años con Segui Shoe Company, Florsheim, Church´s, Allen Edmonds y finalmente Crockett and Jones. Viaja por el mundo y conoce a los mejores zapateros como Jonh F. Lustic, Lazlo Vass, Dimitri Gomez, Peter Edward Meyer. Colabora con John Stolenberg en el control de calidad de Alen Edmonds y crea su propia marca de zapatos ‘Casa Exerez’. Introduce en España la refabricación y crea sus propias hormas con el canto viselado. «A Casa Exerez 1910 he traído lo mejor de lo mejor. Son zapatos exclusivos, zapatos que no vas a poder encontrar normalmente en ningún sitio», nos explica Ramón.
Tres generaciones en el mundo del calzado con el mejor servicio y minuciosidad. «Nuestro contacto con grandes marcas, la visita a sus fábricas y la asistencia continuada a grandes ferias internacionales nos han aportado una serie de conocimientos de fabricación, que nos ayudan cada día en nuestro trabajo, para que nuestros clientes queden satisfechos en sus necesidades. De forma minuciosa reparamos las suelas de sus zapatos cosiéndolas totalmente a mano, graduando así la tensión del hilo y enlazando las puntadas».
Algunas de las marcas importantes para las que ofrecen soluciones de reparación integral son: Crockett and Jones, Edward Green, John Lobb, Weston, Florsheim, Cheany, Trickers, Gatto, Allen Edmonds, Lazlo, Vass, Church´s, Alt Wien, Cristian Louboutin, Jimmy Choo, Ferragamo, Bally, Sergio Rossi, Hermes, Casadei, Gucci, Prada, Cristian Dior Roger Vivier, Louis Vuitton, Manolo Blahnik, Ferragamo, Casadei, etc
«Tenemos un taller de reparación, al cual la gente llama, mandamos a un mensajero, recoge los zapatos en su propia casa, se le da un presupuesto y, si no acepta el presupuesto, se le devuelve gratuitamente. Todo este proceso no tiene coste alguno para el cliente y eso en España no existe, lo hemos instaurado nosotros. Ahora estamos intentando insertar un tipo de restauración de la patina de los zapatos, de teñir… Básicamente, porque aquí no existen especialistas de eso, es un concepto bastante extendido en Europa, pero en España parece ser que no está muy explotado», continúa Ramón.
La zapatería es un mundo y en él, encontramos a profesionales como Ramón, pero ¿cuáles son las cualidades para ser un buen zapatero? «El zapatero tiene que tener una cierta sensibilidad -nos explica Ramón-. Si el zapato es de mujer tiene ‘estilo’, si es de hombre tiene ‘carácter’, tiene que transmitir algo, tienes que sentir que te define. Un buen zapatero tiene que estudiar el gusto del cliente, entenderlo. También hay que tener tacto, yo toco el pie del cliente, sé decir el grosor de su empeine, interpretar que talla o qué calzado le va a ser más adecuado, si tienes un pie más ancho que otro».
Un buen zapatero también debe estudiar las nuevas tendencias, «ahora mismo estoy comprando para primavera y pensando cosas para el otoño que viene, ese es el buen labor de un zapatero o de cualquier entendido y partícipe en el mundo de la moda; prevenir tendencias, adelantarte a ellas y crearlas antes de que se formen. Dar al público lo que sabes que querrán en el momento específico».
Pero, ¿cómo se llega a obtener todo este conocimiento? «Empecé a viajar y tuve la gran suerte de conocer a los mejores y hacerme amigo de ellos: el padre de mi actual jefe en Crockett & Jones, Jonathan Jones, que en ese momento era el presidente honorario de la Federación Europea de Zapateros, John Lustick, de Edward Green, revolucionó las punteras y los contrastes de color…»
«La ropa transmite una serie de cosas; el zapato representa la dignidad de la persona, el reloj es el valor que le dedica a su tiempo, el bolígrafo a lo que firma, la americana es la coraza, el portafolios es el escudo, la corbata es la protección yugular… Todo transmite» termina Ramón.