¿Eres ‘pija’ o ‘cayetana’? Te damos las claves para no equivocarte
¿Cómo distinguir a una pija de una cayetana sin morir en el intento? La pregunta, tan ligera como peligrosa, lleva años circulando por cada esquina social y ahora también en TikTok. Porque más allá de la caricatura, detrás de estos estereotipos hay todo un universo de moda, belleza y actitud que merece ser diseccionado. Y si hay alguien que sabe moverse entre clichés, desmontarlos y reírse de ellos con desparpajo, esa es Almu Carrión. La creadora de contenido, que acumula cientos de miles de seguidores entre Instagram y TikTok, ha convertido su espontaneidad y su ironía en una marca personal. Habla de tendencias, de estilismos imposibles, de aquello que jamás se pondría «ni por un millón de euros» y de los códigos sociales que todos reconocemos pero pocos se atreven a decir en voz alta.
Con humor, ojo crítico y un punto canalla, Almu pone sobre la mesa el debate perfecto: ¿eres pija o cayetana… o juegas a ser las dos según convenga?
- Las 4 grandes tendencias del mocasín
- Cejas rebeldes y labios chocolate: así se lleva el maquillaje este otoño
- Las botas que más se van a ver este otoño
Definiendo los bandos: ‘pija’ vs ‘cayetana’
Antes de arrancar, conviene recordar que estos términos tienen carga social, cultural e incluso geográfica. Pija suele evocar imagen de clase alta, cierto refinamiento aspiracional, estética pulida, marcas reconocibles, acento cuidado (o ausencia de acento popular).
Cayetana añade ese matiz más castizo, más regionalista (a menudo madrileño), con volantes, faldas amplias, toques folclóricos o tradicionales, y una estética que rescata lo popular elevado.
La cayetana aparece como alguien que mezcla lo tradicional con lo ostentoso; la pija se inclina hacia lo minimalista sofisticado o lo lujoso más apagado.
Pero ojo: estos estereotipos pueden ser trampas, ya que muchas veces las fronteras se difuminan y lo que una llama pija otra lo ve como glamur discreto, etc. En ese espacio intermedio transita buena parte del estilo urbano contemporáneo, donde la influencia digital decide muchas cosas.
¿Anti-estereotipos o producto de ellos?
Para ilustrar cómo se puede jugar con esos códigos, vale mirar el caso de Almu Carrión. Con más de 370.000 seguidores en TikTok y 175.000 en Instagram, ha construido su marca personal mezclando autenticidad, humor y observaciones pícaras sobre moda y tendencias.
Ella no entra limpiamente en ninguno de esos estereotipos: su estilo es irreverente, cambiante, con toques de lo choni, lo colorido, lo demasiado e incluso lo viral, pero con autoconciencia. Con ella presente en el debate, la pregunta deja de ser «¿eres pija o cayetana?» y se vuelve «¿qué parte de esos códigos aceptas, adaptas o rechazas?».
Moda: prendas, cortes y logotipos
La pija tiende a apostar por básicos de lujo silencioso: camisetas sin logos visibles, corte impecable, tejidos finos, colores neutros (blanco, crudo, beige, negro), piezas monocromáticas y pocas estridencias. Nada de estampados estridentes ni mezclas agresivas. El lujo se insinúa, no se grita.
La cayetana opta por elementos más ornamentados: volantes, faldas con vuelo, estampados llamativos (flores, lunares, colores vivos), tejidos satén o brocados, zapatos clásicos con tacones más contundentes. También puede incorporar complementos folclóricos: peinetas, mantillas estilizadas (o referencias a ellas), pendientes grandes con inspiración clásica.
Maquillaje: pulido vs. teatral
Aquí entramos en terreno donde el estilo personal es clave. La pija apuesta quizás por un maquillaje de filtro natural, muy trabajado pero que pretende simular espontaneidad: piel perfecta, contornos suaves, labial neutro o nude, cejas definidas y máscara de pestañas discreta.
La cayetana no teme dramatismo: labios coloridos, colorete marcado, ojos definidos con delineado algo exagerado, más riesgo en el maquillaje como parte del look. Puede utilizar brillo, purpurina sutil, pestañas más densas.
Cabello: natural vs. arreglado elegante
La pija busca un acabado pulido: ondas suaves, planchado impecable, recogidos bajos perfectamente colocados, mechas suaves que parezcan naturales. El no se nota que has ido a la peluquería bien hecho.
La cayetana puede permitirse rizos marcados, volumen trabajado (pero no demasiado de salón moderno), peinados con cierto aire clásico, complementos llamativos (flores pequeñas, peinetas discretas) o textura con carácter.
Clave final
Al final lo que marca más es cómo lo vives. El estereotipo de pija viene con una actitud de cierta distancia, líneas de respeto social, códigos estrictos (qué se puede decir, cómo comportarse, dónde ir). La cayetana puede permitirse más descaro, más espontaneidad, más voz castiza (dialecto, expresiones populares) con orgullo local.