Carolina Herrera hace florecer la Plaza Mayor de Madrid con claveles, violetas y 800 invitados VIP
La Plaza Mayor de Madrid se ha transformado esta noche en una pasarela que ha quedado grabado en la memoria de la ciudad (y de lo madrileños). Carolina Herrera ha llevado su desfile fuera de Nueva York, y el lugar elegido no ha podido ser más simbólico: el corazón de la capital española, coincidiendo con la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
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El espectáculo ha reunido a 800 invitados que han ocupado sus asientos bajo los arcos centenarios de la plaza. En el front row no han faltado las grandes celebrities tanto nacionales e internacionales.
Nieves Álvarez ha llegado radiante (como siempre), Hiba Abouk ha acaparado flashes. Y sobre la pasarela no podía faltar Esther Cañadas ha recibido una ovación especial porque, además de desfilar, ha protagonizado la campaña del show junto a iconos castizos como La Tuna al ritmo de Por qué te vas.
El ambiente se ha llenado de esa mezcla entre tradición y modernidad que tanto ha inspirado a Gordon. «Hay algo en el ritmo de esta ciudad, su apetito por la vida, que me inspira cada temporada y encarna profundamente a la mujer Herrera”, ha confesado el director creativo, y lo que ha ocurrido en la pasarela lo ha confirmado.
Un desfile de Carolina Herrera para el recuerdo de Madrid
Las modelos han caminado entre columnas y balcones, vestidas con piezas que han respirado vitalidad y color. El clavel, flor de Madrid, ha protagonizado buena parte de la colección. Bordado, estampado o convertido en aplique, ha inundado vestidos vaporosos, faldas estructuradas y blusas ligeras. La firma ha mostrado su capacidad de rendir tributo a la cultura local sin perder el sello Herrera: esa mezcla de sofisticación, romanticismo y modernidad que la ha hecho única.
Los aplausos han estallado cuando han aparecido los vestidos de seda en color violeta (haciendo un guiño a los caramelos de violetas de La Pajarita) en colores intensos, los mismos que han recordado la artesanía del norte de Italia con la que Gordon ha trabajado en esta temporada. El diálogo entre lo internacional y lo madrileño ha sido evidente: la moda ha viajado desde Nueva York hasta la Plaza Mayor.
Este desfile no ha sido sólo un homenaje a Madrid, sino también un capítulo más en la tradición de Carolina Herrera de llevar su moda a distintas ciudades del mundo. Roma, São Paulo, Río de Janeiro o Dubái ya han sido testigos de ese concepto de pasarela como experiencia cultural. Ahora, Madrid se ha unido a esa lista exclusiva con un desfile que ha superado cualquier expectativa.
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