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Tres emprendedores revolucionan el mundo de las gafas: «El lujo accesible es lo que nos diferencia»

Erika Fernández, Diego Martialay y Ángel Ballesteros.

Desde el barrio de Chamberí, tres emprendedores están cambiando la manera de ver las cosas. Ellos son Ángel Ballesteros, Erika Fernández y Diego Martialay, y juntos son Archy Welfare, una óptica que ha revolucionado en los últimos años el concepto de las gafas. Tal es así, que su visión ha traspasado el Atlántico y hace unos meses abrieron su primera tienda en México. La firma española se caracteriza por la calidad y el trabajo artesanal, por lo que no encontrarás dos monturas iguales, eso sí, todas ellas derrochan estilo y personalidad.

Entrar en la tienda de Archy Welfare es más parecido a hacerlo en una boutique de moda que en una óptica. Al cruzar la puerta te envuelve una atmósfera cálida y acogedora donde cada detalle ha sido pensado para que te sientas como en casa. No hay prisa, todo parece estar dispuesto para que disfrutes de un momento de pausa.

Los expertos te guían con naturalidad y te descubren monturas que parecen hechas para ti. Cada par de gafas está cuidadosamente expuesto, como si contara su propia historia, y no puedes evitar querer probarte todas.

«Tras más de una década de experiencia en el sector trabajando para otras marcas, nos dimos cuenta de que la clave para la diferenciación giraba en torno a tres pilares fundamentales», explica Erika, una de las fundadoras. Estos pilares son la armonía en todos los elementos de la tienda, eliminar las barreras entre óptico y cliente mediante cercanía y precios unificados, y la creación de un producto nacional hecho a mano con materiales 100% sostenibles.

La idea de unir fuerzas surgió del deseo de escalar un proyecto que, según Ángel, otro de los cofundadores, «tenía cabida en muchos mercados desatendidos». Erika se enfoca en la salud visual, Ángel en branding y Diego, el tercer fundador, gestiona los aspectos financieros y estratégicos. «La única forma de poder realizar las cosas a nuestra manera era con una marca propia que reflejara esos valores», explican.

Tienda de Madrid. (Foto: Archy Walfare)

«Nuestros clientes pueden tener tres o cuatro de nuestras monturas y deciden cuál ponerse en función de su look o estado de ánimo»

Lanzar Archy Welfare fue un reto mayúsculo. «Proponer un concepto completamente nuevo de óptica y revolucionar el sector fue un desafío enorme», reconocen. Romper con la zona de confort del cliente y generar confianza era esencial para que se animaran a conocer su propuesta. Además, su enfoque artesanal implica un proceso de creación de más de dos semanas para cada par de gafas, lo que les permite garantizar que no hay dos monturas iguales.

«El concepto de lujo accesible ha sido uno de nuestros emblemas desde el principio», dicen, asegurando que sus clientes puedan disfrutar de la calidad sin renunciar a la renovación frecuente. «Nuestros clientes pueden tener tres o cuatro de nuestras monturas en casa y deciden cuál ponerse en función de su look o estado de ánimo».

(Foto: Archy Walfare)

«Utilizamos acetato italiano Mazzucchelli porque nos permite hacer monturas cómodas y colores únicos»

La selección de materiales también ha sido clave en su propuesta de sostenibilidad. Utilizan acetato italiano Mazzucchelli, un material flexible y duradero, que se elabora a partir de algodón prensado. «Elegimos este acetato por su sostenibilidad y calidad, permitiéndonos ofrecer monturas cómodas y colores únicos», explican. Este compromiso con la sostenibilidad y la calidad se ha convertido en parte integral de su identidad.

Con una presencia en más de 45 países y una nueva tienda en Ciudad de México, Archy Welfare sigue creciendo. «Preferimos crecer bien que rápido», afirman.

(Foto: Archy Walfare)

Los fundadores están convencidos de que el mercado de las gafas ha evolucionado, y hoy en día, más personas se atreven a experimentar con estilos llamativos. «Hemos dejado atrás la época en la que quienes usaban gafas se sentían avergonzados y optaban por modelos discretos y poco llamativos, repitiendo el mismo diseño una y otra vez», afirman. Para ellos, las gafas son ahora un accesorio fundamental para expresar el estilo personal.

«Queremos que las gafas sienten bien en el rostro y que la persona tenga la sensación de no llevarlas»

Archy Welfare ha desarrollado un estilo muy definido que fusiona moda y funcionalidad. «Queremos que las gafas sienten bien en el rostro y que la persona tenga la sensación de no llevarlas».

La inspiración para sus colecciones proviene de iconos del pasado, lugares emblemáticos y objetos que trascienden su funcionalidad. «Si Archy Welfare fuera una celebrity, sería alguien que encarne la elegancia y el estilo icónico”, mencionan, aludiendo a figuras como James Dean, Steve McQueen, Jackie Kennedy y Grace Kelly, «quienes representaron una mezcla de sofisticación, clase, con una personalidad en su estilo que marcó una época».

«Unas monturas bien elegidas pueden resaltar rasgos faciales»

Las gafas de Archy Welfare son más que un accesorio, son una declaración de estilo. Aseguran que «unas monturas bien elegidas pueden resaltar rasgos faciales, complementar colores y ser capaces de transmitir la esencia de quien las lleva».

Tienda de Madrid. (Foto: Archy Walfare)

«Hemos pasado de clientes con una sola montura para cualquier ocasión a otros que deciden sus looks en función de la montura que acaban de comprar«, señalan. Para ellos, la elección del par perfecto debe alinearse con la personalidad, el estilo y las necesidades de cada uno, asegurando que cada uno encuentre la gafa ideal para expresar su esencia.

«Es importante tener en cuenta su funcionalidad, si son para el trabajo, hay que optar por un estilo más profesional; si son para el ocio, pueden ser más divertidas y atrevidas», concluyen.