Amancio Ortega gana la partida al lujo y coloca a Inditex en el puesto número uno mundial de la moda
En un momento en el que las firmas de lujo parecían reinar sin rival, Amancio Ortega vuelve a colocarse en lo más alto del podio internacional. Inditex recupera el liderazgo mundial en creación de valor y supera (sí, supera) a gigantes como Louis Vuitton o Hermès, situándose de nuevo en el epicentro fashion mundial. Hay algo más detrás de este movimiento histórico: mientras el consumo se enfría y la gama media vive su mejor momento en quince años, Zara ha sabido jugar una carta inesperada, acercándose al lujo sin renunciar a su ADN. Las colaboraciones de alto perfil (desde Narciso Rodriguez hasta la más reciente con Ludovic de Saint Sernin, una de las alianzas más comentadas de la temporada) dibujan una estrategia clara: elevar su propuesta estética y conquistar a un cliente que quiere diseño, experiencia y aspiración… a un precio todavía razonable.
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Para quien mira la moda desde un punto de vista lifestyle, la noticia es mucho más que un dato económico ofrecido por el ráking The State of Fashion 2026 (McKensey y The Business of Fashion): es la confirmación de una intuición que lleva tiempo flotando en el aire. La idea de que el lujo silencioso, la moda inteligente y la eficiencia bien ejecutada pueden tener más impacto que el logo más cotizado. Y también es la demostración de que la visión de Ortega (esa mezcla de intuición, control absoluto del proceso y una lectura casi instintiva del consumidor) sigue marcando el camino.
El estudio, que analiza unas 400 empresas globales y las clasifica por su beneficio económico (un indicador más exigente que el beneficio neto) sitúa a Inditex como líder mundial con 5.544 millones de dólares, por delante de LVMH (5.514) y Hermès (4.217). El top ten lo completan TJX, Richemont, Fast Retailing (Uniqlo), Nike, Ross, Lululemon y Anta Sports.
El final del reinado absoluto del lujo
El último informe internacional que analiza el estado de la industria sitúa a Inditex como la compañía que más valor genera en toda la moda. Un dato que, sin necesidad de cifras explícitas, deja una idea clara: por primera vez en años, la corona se mueve del lujo tradicional hacia un modelo más accesible y más ágil. Es un cambio de era.
Mientras el consumo se moderaba y hasta las grandes maisons veían caer sus márgenes, Inditex navegaba con una estabilidad sorprendente. La marca gallega ha sabido responder a un consumidor que quiere diseño, calidad y experiencia, pero que ya no está dispuesto a pagar cualquier precio por ello. Muestra de ello es su última colaboración con Ludovic de Saint Sernin. Y ese equilibrio (ni lujo ostentoso ni low cost puro) la ha convertido en la gran vencedora en un escenario volátil.
Moda que responde, no que impone
Uno de los secretos del nuevo liderazgo de Inditex está en su modelo integrado: controla diseño, producción, distribución y tienda. Ese enfoque, que durante años se leyó casi como una osadía industrial, hoy es el arma definitiva en un mercado donde la velocidad lo es todo. Reponen colecciones en días, ajustan inventarios con precisión y reducen excedentes con una eficacia que muchas marcas, incluso de lujo, no han logrado igualar.
Y mientras las grandes maisons se veían obligadas a replantear precios y márgenes, Zara y sus hermanas reforzaban una propuesta que mezcla estética cuidada y una experiencia en tienda que se ha ido sofisticando sin perder accesibilidad.
El nuevo deseo ‘fashion’ es sensato
Lo más interesante de la radiografía del sector es el cambio cultural que revela: casi tres de cada diez compradores han decidido buscar opciones más asequibles sin renunciar al estilo. La gama media elevada (esa frontera donde Inditex juega con soltura) se ha convertido en el nuevo lugar aspiracional: moda que se siente bien, se ve bien y cuesta lo razonable.
No es casualidad que este segmento viva su mejor momento en más de una década. Es una respuesta directa a un consumidor más consciente, más informado y menos dispuesto a pagar por la exclusividad de siempre.
Que una firma española, nacida lejos de los grandes centros de poder y alineada con una visión más pragmática del estilo, encabece de nuevo la moda mundial es un mensaje contundente. La hegemonía ya no es sólo cuestión de herencia aristocrática o de artesanía histórica. El liderazgo, hoy, pertenece a quien entiende mejor lo que quiere el cliente real.
Y en ese nuevo orden (más diverso, más competitivo, más exigente) Amancio Ortega y su universo de marcas demuestran que la moda, cuando se gestiona con visión, precisión y coherencia, sigue teniendo margen para sorprender. Incluso para desbancar al mismísimo Louis Vuitton.