El 155 aporta calma a Barcelona: la Policía reconoce a OKDIARIO que los ciudadanos ya se acercan a apoyarles

Tras el asedio recibido por parte de parte de la masa independentista a la Policía Nacional y a la Guardia Civil la aplicación del 155 parece haber calmado los ánimos.

Agentes de la Policía Nacional han reconocido a OKDIARIO  que el apoyo de los barceloneses ha crecido. Muchos de los ciudadanos que intentaban no pronunciarse acerca de la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado, aprovechan su paso por la Jefatura Superior de Policía para agradecerles su trabajo.

En los próximos días y dependiendo cómo se desarrollen los acontecimientos, el papel de la Policía Nacional y la Guardia Civil será de vital importancia. Esta sensación ha calado entre los ciudadanos que ven a los agentes como una garantía de seguridad de la democracia que los dirigentes catalanes pretender arrebatarles.

En cada concentración independentista y, pese a ser en su gran mayoría pacíficas, se les ha insultado y vilipendiado. Para muchos de los separatistas la policía es «un fuerza de ocupación» y se les ha repetido una y otra vez que no se quiere que actúen en Cataluña.

Los hoteles en los que se encontraban hospedados los agentes han sido continuamente rodeados impidiendo su salida durante, incluso, varios días.

Uno de los ejemplos se pudo encontrar en Calella. Los policías se hospedaban en el hotel Les Palmeres  desde el 9-N de 2014 y siempre habían recibido “un trato exquisito”, pero según fuentes policiales el director del establecimiento les pedía “amablemente abandonar el hotel” tras recibir varias llamadas con amenazas de quemar el hotel si no se echaba a los agentes, e incluso otras amenazando de muerte a sus padres, recordándole “que tiene niños pequeños”.

Finalmente, el hotel se vio obligado a colocar el cartel de “cerrado” y colocar tablas de madera para evitar que los radicales les destrozasen las ventanas.

Además, en Figueras los hosteleros iniciaron una suerte de ‘apartheid’ para no servir a policías y guardias civiles y prohibirles hasta el uso de gimnasios para “echar todo lo que huela a España”.

Alrededor de cien independentistas se juntaron una y otra vez frente a la Jefatura Superior de Policía, situada en la Vía Layetana de Barcelona.

Los manifestantes insultaban a los agentes de la Policía Nacional calificándoles de “asesinos”: “Os echaremos de nuestra tierra, ya lo veréis”, llegaban a gritar.