Los genes de nuestros músculos carecen de memoria deportiva

Los genes de nuestros músculos carecen de memoria deportiva
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Después de un tiempo practicando ejercicio de manera regular, ya sea running, ciclismo o natación, por cualquier motivos nos vemos obligados a abandonarlo y empezamos a llevar una vida más sedentaria. Al cabo de unos meses o años retomamos la actividad física, pero ya no será todo igual. Y es que los genes de nuestros músculos carecen de memoria deportiva, por lo que nos veremos obligados a empezar de cero a pesar de todo el trabajo físico hecho con anterioridad.

Esta conclusión forma parte del trabajo de investigación hecho por un equipo de científicos suecos que se dedicó a estudiar el código genético de los músculos esqueléticos para saber el proceso de adaptación que implican los entrenamientos. El resultado apareció publicado en la revista PLOS Genetics.

Lo primero que analizaron fue lo que sucede en las fibras musculares al verse implicadas en programa de entrenamiento de cuatro días semanales, con 45 minutos diarios, a lo largo de tres meses. Después de nueve meses de parón estudiaron que ocurría al regresar a la rutina de ejercicios. En el estudio tomaron parte 23 personas que se ejercitaban en un laboratorio en vez del gimnasio, y que se centraban sobre todo en trabajar una zona de los muslos y no todo el cuerpo. Antes y después de comenzar los periodos de entrenamiento se les sometía a unas biopsias para comprobar la evolución.

Lo que se pudo saber es que hay una pequeña revolución en el interior de las células musculares cuando se mantiene una rutina de ejercicio. En la expresión de los genes hallaron más de 3.400 modificaciones, algo que asocian a la producción de proteínas. Lo que más les sorprendió es que no existía la memoria transcripcional, es decir, en los genes de los músculos que habían dejado el ejercicio no se hallaron muestras de los cambios de expresión genética en el periodo en el que los participantes volvían a ponerse en forma después del periodo de sedentarismo.

Por lo tanto, todos los kilómetros hechos en los entrenamientos sólo quedarán en nuestra memoria, pero no en la de los genes. En cualquier caso hay que recordar que los efectos del ejercicio sólo se notarán cuando exista una práctica regular, por lo que esto debe ser una perfecta motivación para aquellas personas que no se animan a hacer deporte. Cualquier actividad física será bien recibida por nuestro cuerpo, así que sólo hace falta levantarse del sofá y ponerse las zapatillas.

Hay que decir que los encargados de este estudio se basaron en el ejercicio aeróbico y no en el de fuerza para conocer algo más sobre el código genético de la musculatura. El trabajo que tuvieron que realizar los participantes en el estudio consistía en extender la rodilla a través del trabajo del cuádriceps.

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