Las azucareras ‘compraron’ a científicos para que responsabilizaran a la grasa de los infartos

La industria azucarera trabajó en la década de los 60 en Estados Unidos muy próxima a los científicos. Lo que buscaban con ello era reducir al máximo el papel del azúcar en las enfermedades del corazón, responsabilizando de todo ello a la grasa y el colesterol. Así lo desveló hace unos días una investigación que apareció en la revista de la Asociación Americana de la Salud. La industria azucarera ‘compró’ a científicos para que responsabilizaran a la grasa de los infartos, y de esa manera recibir ella el título de alimento menos malo.

En este trabajo se hacen eco de un par de artículos científicos desarrollado por investigadores de la prestigiosa universidad de Harvard, que con sus recomendaciones dietéticas pudieron influir de manera importante en los hábitos de millones de ciudadanos estadounidenses. En estos artículos abordaban la disminución de las grasas saturadas y el colesterol, pasando por alto en muchas ocasiones los daños que representaban para la salud el alto consumo de hidratos de carbono.

En la década de los 60 se trabajó sobre todo con dos líneas básicas en lo que se refiere a la prevención de infartos y enfermedades cardiovasculares. En cualquier caso, las guías nutricionales estaban más pendientes de los daños que implicaban el colesterol y las grasas y no tanto los azúcares añadidos y carbohidratos. En cierta manera, esto también puede explicar los numerosos casos de diabetes y sobrepeso que han sufrido las poblaciones de occidente. Una investigadora de la Universidad de San Francisco, Cristin Kearns, encontró recientemente pruebas de todo esto, en donde entre otras cosas detectó como la Fundación para la Investigación sobre el Azúcar habían pagado un estudio para que se obviará el daño que representaba el azúcar en las enfermedades del corazón y responsabilizando de todo ello a la grasa. Durante su investigación halló varias cartas entre este organismo y profesores de Nutrición de Harvard, entre otras personalidades. Precisamente uno de ellos, Marcos Hegsted, había dirigido un estudio en donde dejaba en buen lugar al azúcar.

Por su parte, la profesora de Nutrición, Estudios de Alimentación y Salud Pública de la Universidad de Nueva York, Marion Nestlé, asegura que son numerosas las compañías de alimentación que patrocinan investigaciones con el propósito de mostrar datos positivos para sus intereses. Y pone como ejemplo el caso de una empresa de refrescos de cola muy conocida en todo el mundo, que había gastado millones de dólares para que se redujese en un estudio el daño que provocaba esta bebida en las personas con sobrepeso. Algo similar ocurre también con la industria de las golosinas, en donde hay muchos intereses al respecto.