4 posibles riesgos al practicar rope training

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El rope training, también conocido como el entrenamiento con cuerdas, se trata de una disciplina con muchos adeptos, principalmente entre aquellos que realizan Crossfit. Muchos circuitos lo incluyen ya como parte de su rutina. Siempre hacemos mención de los beneficios que proporcionan los ejercicios, pero en esta ocasión te vamos a mencionar 4 posibles riesgos al practicar rope training.

El Crossfit es un tipo de entrenamiento muy intensivo que permite quemar calorías de manera rápida y ejercitar los músculos. Pero también exige una gran concentración, preparación física y control del cuerpo para realizar de manera satisfactoria cualquier ejercicio, entre ellos el rope training.

1-Escoger un grosor de cuerda adecuado: hay varios tipos de grosores para realizar este ejercicio. Intentaremos decantarnos por una que se ajuste a nuestras condiciones físicas. En el caso de que optemos por elegir una que sea demasiado grande, existe el riesgo de que hagamos el ejercicio mal. Por lo tanto, vamos a detenernos en este paso para asegurarnos de que comenzamos correctamente.

2-Fijarse en el agarre de las cuerdas: en el caso de no agarrar correctamente las sogas existe el riesgo de lesionarnos en las muñecas y antebrazos. Al realizar este trabajo suelen cargarse estas partes del cuerpo. Se trata de un importante punto de apoyo en todo el ejercicio, pero debe considerarse más un nexo de unión con la cuerda, ya que en realidad debe ser la zona que se trabaja la que soporte la tensión. Una adecuada técnica resulta esencial para que no se produzcan daños físicos.

3-Prestarle atención a la espalda: esta parte del cuerpo es una de las que más sufre con este tipo de disciplinas. Por lo general no sabemos colocarnos adecuadamente, además de haber una tendencia a encoger los hombros hacia adentro. Si esta posición se repite con demasiada frecuencia pueden llegar a originar molestias en la espalda. Una adecuada postura evitará cualquier problema físico, así que opta por una colocación relajada y correcta de la espalda. Suele ocurrir que en muchas ocasiones resulte complicado mantener la postura adecuada debido a las rápidas transiciones que llevamos a cabo.

4-Fijarse en la colocación de las piernas: las extremidades inferiores no deben estar demasiado tensionadas. Se tratan del punto de anclaje al suelo. Gran parte del empuje y de la tensión lo soportarán las piernas en lugar de la zona lumbar de la espalda. Para que las piernas no permanezcan demasiado rígidas hay que colocarlas un poco dobladas y distribuir la tensión por todas ellas. En ningún momento debe acumularse sobre una zona concreta si queremos huir de las lesiones.

 

 

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