Dejar el tabaco es bueno para la salud… y el trabajo

Dejar el tabaco es bueno para la salud… y el trabajo
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Dejar de fumar acarrea una serie de beneficios para las personas. Por un lado nuestro estado de salud mejorará y el bolsillo también se ahorrará todos los meses una buena cantidad de dinero. Un grupo de expertos, además, ha demostrado que abandonar este hábito implica una serie de mejoras en el rendimiento laboral. Así lo recoge un estudio realizado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Así que se puede decir que dejar el tabaco es bueno para la salud… y el trabajo.

Aquellas personas que deciden dejar el tabaco comprobarán como su productividad se incrementa en un 4,5% un año después, si se compara su situación con la de un compañero que continúe fumando. La neumóloga miembro del Área de Tabaquismo de Separ, Isabel Nerín, reconoce que con el tiempo la productividad aumenta “hacia los valores de los trabajadores no fumadores”. Además, según este informe, aquellos pacientes que consumen con regularidad tabaco cuentan con mayores tasas de absentismo laboral y las bajas en el trabajo con más comunes y prolongadas respecto a los compañeros que no fuman. Y es que los adictos a la nicotina faltan a su puesto durante once días al año, frente a los siete del resto de empleados.

En lo que se refiere a los costes que implican estas bajas laborales, en el caso de los empleados trabajadores, la pérdida de productividad e incapacidad laboral alcanza los 2.253,9 euros, mientras que los no fumadores llegan a los 1.434,9 euros. Por su parte, el gasto sanitario anual implica un desembolso de 848,64 euros de las arcas públicas en el caso de los pacientes que consumen tabaco, reduciéndose hasta los 474,71 para los no fumadores. La diferencia es de 373,93 euros.

Más tratamientos para reducir gastos

Las cifras que se extraen de este estudio son bastante preocupantes según las autoridades sanitarias. Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica insisten en la necesidad de promover “políticas y programas orientados a los trabajadores para fomentar el cese del hábito tabáquico” desde las propias empresas. Eso implicaría un gran ahorro para sus arcas y además fomentaría la productividad laboral.

Con los datos que se conocen pueden confirmar que uno de cada siete fallecimientos que se producen entre los mayores de 35 años es causa del tabaco. Inmaculada Alfajeme, responsable de la Separ, considera que lo más adecuado sería aportar por la financiación pública del tratamiento del tabaquismo, para de esta manera ayudar a disminuir los costes sanitarios y sociales vinculados con la nicotina. En su opinión, la prevención y el tratamiento del tabaco, debe ser una “prioridad en las políticas sanitarias para contribuir así a la contención del sobrecoste sanitario y social que implica el consumo de tabaco a lo largo de la vida”.

Todo lo que se invierta ahora en políticas de prevención se ahorrará con el paso de los años en tratamientos para las enfermedades que se originan. La prohibición de fumar en los espacios públicos supuso en su momento una gran noticia para aquellas personas que odiaban el tabaco.

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