Cardiovending, desfibriladores en máquinas expendedoras

Cardiovending, desfibriladores en máquinas expendedoras
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Salvar vidas resultará más sencillo a partir de ahora gracias a una novedosa iniciativa mundial que pasa por instalar desfibriladores en máquinas expendedoras. Los encargados de sacar adelante esta propuesta son los de Proyecto Salvavidas. De esta manera, cualquier instalación o compañía que disponga de una de estas máquinas pasará a convertirse en zona cardioprotegida sin que sea preciso hacer ninguna inversión debido a que les servirán los aparatos que ya tienen en funcionamiento. Sin lugar a dudas, Cardiovending, desfibriladores en máquinas expendedoras promete revolucionar el formato de la sanidad.

Los propios consumos en las máquinas serán los que valgan para conservar el servicio integral de cardioprotección, que además del mantenimiento y equipamiento contará con la formación y seguros que exija cada comunidad autónoma.

Esta iniciativa ha despertado mucho interés. De hecho el Proyecto Salvavidas ha ingresado en la Asociación Nacional Española de Distribuidores Automáticos (ANEDA) y ha formalizado acuerdo para ofrecer este servicio con las principales compañías operadoras de España.

Ya está presente en más de 50 espacios de todo el país

De momento el cardiovending ya se encuentra disponible en más de medio centenar de espacios en España, entre los que están distintas instalaciones públicas como los ayuntamientos de Móstoles y Alcorcón, y nueve lugares gestionadas por el consistorio de Chiclana. También grandes superficies como Mediamarkt, el tranvía de Zaragoza, empresas como Meta4 o el Hotel Rex.

Un desfibrilador en cada espacio público

El experto en cardioprotección y fundador del Proyecto Salvavidas, Rubén Campo, asegura que con el respaldo de instituciones como los colegios de médicos de Cáceres y Cantabria, las Federaciones de Municipios de Aragón, Madrid y Extremadura y entidades deportivas como el Atlético de Madrid, consiguen hacer campañas de difusión sobre la “prevención de la muerte súbita”, con la esperanza de que cada día tengan más apoyos para conseguir una ley que obligue a que todas las instalaciones públicas cuenten como poco con un desfibrilador y personal con la suficiente formación para utilizarlo correctamente.

De momento ya se están dando pasos importantes en este sentido. La mayoría de los ayuntamientos y clubes deportivos empiezan a dotarse de desfibriladores, pero sin lugar a dudas la posibilidad de contar con una herramienta de estas características en las máquinas de vending servirá de aliciente, sobre todo porque no será preciso realizar ninguna inversión y estará en todo momento disponible para cualquier contratiempo que pueda surgir.

También queda claro, que lo necesario es que cada uno de los espacios públicos que haya por el país cuente con uno de estos aparatos, además de asesorar a la gente sobre su uso. De lo contrario no tendría mucho sentido tenerlo.

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