Cómo nos afecta el cambio de hora

Cómo nos afecta el cambio de hora
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En la madrugada del domingo 25 de octubre los relojes se atrasaron una hora. A las 3 pasaron a ser las 2. Este tipo de cambios se producen para que nos adaptemos al horario de invierno, aprovechar mejor la luz natural y rebajar el consumo energético. Sin embargo esto puede ser un tanto perjudicial para algunas personas. A continuación te explicamos cómo nos afecta el cambio de hora.

Nuestro organismo funciona a través del reloj y todas nuestras rutinas van unidas a él. Un par de veces al año se ve obligado a soportar la modificación de la hora, con el posterior cambios de hábitos.

Estas variaciones que provocan los atrasos o adelantos de hora pueden que sean imperceptibles para las personas más sanas, que como mucho notarán un poco más de cansancio o falta de concentración, pero sin llegar a padecer grandes consecuencias en lo psíquico o físico.

Los que más pueden notar los cambios son los niños y las personas mayores, aseguran los expertos, que necesitan de unos cuantos días para adaptarse a la nueva situación. Aseguran que los lactantes pueden sufrir alteraciones en la alimentación, mientras que a los jóvenes en edad escolar les costará un poco más de lo normal despertarse. Los mayores de 55 años, que por lo general presentan bastantes problemas para conciliar el sueño por las noches y se despiertan más temprano, también notarán el cambio de hora al perder horas de descanso mientras intentan que el cuerpo recupere la coordinación con el reloj.

La mayoría de las personas no sufrirán con esta variación horaria, aunque pueda que nuestro organismo lo note más que hace setenta años, cuando había un elevado porcentaje de personas que trabajaban en el campo y que se regían básicamente por el sol y no por el reloj, por lo que apenas sufrían trastornos de sueño por este motivo. En la actualidad las personas llevan un ritmo de vida más movido, en donde no siempre se duermen las horas que se necesitan y perder unas horas de sueño hasta que el cuerpo se acostumbre puede provocar episodios de falta de concentración o cansancio.

Recomendaciones frente a los cambios de hora

Para que se note lo menos posible el cambio horario se pueden seguir una serie de consejos como evitar la siesta durante unos cuantos días para que el cuerpo se acostumbre al nuevo horario, practicar alguna actividad deportiva a diario sin que sea antes de acostarnos, evitar el consumo de fármacos para descansar mejor por las noches y cuando sea necesario consumirlos procurar tener el asesoramiento de un médico, y también se aconseja controlar la ingesta de ciertas bebidas como el alcohol, el café o el té a última hora del día. En lo referente a la alimentación, nunca hay que meterse en la cama con hambre, pero tampoco después de una cena muy copiosa. En cualquier caso lo más normal es comer algo ligero, como puede ser un lácteo, que nos permitirá conciliar mejor el sueño. Un vaso de leche antes de meternos en la cama no nos sentaría nada mal.

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