Una cárcel cambia 600 cerraduras por una foto enviada por un becario por WhatsApp

El error de un becario que envío una foto por WhatsApp ha costado a una cárcel 50.000 euros, el precio de cambiar las 600 cerraduras de todas las celdas. El joven decidió compartir si emocionante día a día a con sus compañeros. Empezar la vida laboral en un lugar de estas características es todo un logro. Como todos los trabajos, los funcionaros de prisiones o trabajadores de estos lugares son personas formadas y apasionadas de lo que hacen cada día. La emoción del joven becario acabó costando muy cara a su empresa.

Un becario envía una foto de la lleva maestra de una cárcel por WhatsApp

El joven becario contratado por la prisión JVA Heidering, situada a las afueras de la ciudad de Berlín empezó su primer día con mal pie. Queriendo mostrar su éxito y buena suerte al haber encontrado el trabajo de sus sueños, cometió un gran error, mandó una fotografía a sus amigos sosteniendo la llave maestra que abría las 600 cerraduras.

Cualquier experto cerrajero al ver la foto puede crear una copia que sería capaz de abrir todas las puertas de la cárcel provocando el caos. Los 657 presos podrían haber conseguido réplicas de la llave maestra fugándose de forma masiva. Ante tal filtración la cárcel ha tenido que cambiar todas las cerraduras y hacerse con una nueva llave maestra que las abriera. Era imposible mantener la seguridad sabiendo que la foto de la llave corre por las redes sociales.

El becario fue despedido de forma inmediata, su buena suerte se acabó convirtiendo en su peor pesadilla. La empresa que lo contrató se prepara para hacerle pagar el error, podría tener que afrontar el pago del dinero que costó cambiar las cerraduras. Además del dinero, han sido varias las personas que han invertido sus esfuerzos en conseguir que se realizase el cambio de cerraduras.

Su error ha costado muy caro a la prisión más grande a las afueras de Berlín que ha visto como se ponía en peligro la seguridad de los trabajadores y de la ciudad. Este becario habrá aprendido la lección de malas maneras. Cuando se trabaja el móvil se queda a un lado y nunca se deben mandar fotos, menos de una cárcel o de un centro médico que vulneran la privacidad de las personas que están en estos lugares. La foto le puede acabar saliendo muy cara a este becario que cometió un error de principiante.