Un apicultor convierte a unos osos en sus catadores tras descubrir que le robaban la miel

No es ningún secreto si decimos que los osos sienten especial debilidad por la miel. Lo hemos visto en las películas Disney, lo hemos leído en libros y, ahora, lo hemos podido comprobar en la vida real. Esto, que parece algo gracioso e incluso tierno, supone un gran problema para los apicultores que viven en zonas donde habitan los osos ya que estos animales suelen entrar en las granjas de abejas y roban la miel destruyendo todas las colmenas. Una desgracia para el trabajo de tantas semanas.

El caso es que Ibrahim Sedef, cansado de que los osos le robaran la miel, decidió que si no podía detenerlos, podría aprovecharse de su debilidad por este líquido dulce. Tras intentar proteger la miel de todas formas posibles, incluso con jaulas de metal alrededor de las colmenas, se dio cuenta de que nada funcionaba.

El apicultor decidió usar a los osos como catadores de la miel

Cansado de que ninguna de sus trampas hicieran efecto, pensó en aprovechar esas habilidades gustativas y olfativas de los osos como catadores de la miel. Además, pensó que sería una gran campaña para la venta de la miel, y realmente así fue.

Él y su equipo instalaron un sistema de cámaras nocturnas y una mesa con cuatro tipos diferentes de miel que se elabora en su empresa, desde la más barata a la más cara.

En las fotografías que se tomaron durante los asaltos nocturnos de los osos, se demostró que estos animales tienen un paladar exquisito y refinado ya que, por ejemplo, ni siquiera tocaron la miel de cerezo, que es la versión más económica.

Lo que sí les gustó fue la variedad Anzer, una famosa miel turca que Ibrahim vende por 275 euros el kilo. Este tipo de miel solo se produce en Turquía y recibe su nombre porque se elabora en la llanura Anzer del distrito Ikizdere de la provincia Rize. Es la más costosa de las variedades que vende este apicultor.

Esto demuestra que los osos, aunque les encante la miel, no toman cualquier cosa y siempre buscarán la mejor opción para su paladar. La idea de usar a los osos como catadores no le salió demasiado económica al apicultor, pero lo cierto es que hizo tanta gracia a los habitantes y consumidores de miel habituales que sus ventas se dispararon. Los osos, esos que le fastidiaban el trabajo, acabaron ayudándole a vender más.