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Chicote alucina en El jardín del pensador: Ni sus camareros pueden comerse las albóndigas

El restaurante de Félix pasó muy raspado la última prueba del programa

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Chicote en 'Pesadilla en la cocina'

Alberto Chicote volvió a vivir un programa intenso en esta nueva temporada de ‘Pesadilla en la cocina’. El chef no gana para disgustos este año con los restaurantes visitados y, a pesar de su ayuda, da la sensación de que pocos habrán salido adelante tras la visita del chef madrileño. Esta semana, Chicote, se desplazó hasta Plasencia para ayudar al restaurante de Félix, El jardín del pensador, un lugar donde no existe ni el orden, ni el mando, ni la buena comida.

Todo esto quedó reflejado nada más llegar y conocer a sus trabajadores. Félix, el dueño, tuvo un pasado oscuro, adicto a la heroína, su restaurante es lo único que tiene, y sus empleados aseguraron que es buena persona, pero «un mal jefe». No tenía dotes de mando y eso hacía que el caos fuera la tónica de cada día en el local. Los propios empleados dejaron alucinado al chef madrileño a la hora de hacer la primera cata de comida en el local, cuando ni siquiera uno de sus camareros fue capaz de comerse unas albóndigas. 

Con un principio tan desolador, el resto del programa no ha sido mejor: gritos, malos modos, una cocinera que se marchaba a las primeras de cambio y un jefe atorado por la presión. Chicote habló con él y sacó su lado más fuerte para reflotar un restaurante a la deriva, y tras las reformas pertinentes del local, abrieron sus puertas de nuevo dispuestos a convencer a Chicote y los clientes.

Pero cuando las cosas no parecieron cambiar mucho en las cocinas de El jardín, nuevo nombre del local, y Chicote tuvo que actuar para dar ánimos y consejos a Félix. Pasaron el examen final muy raspados y Chicote se marchó del restaurante sabiendo que Félix y su equipo tendrían que trabajar mucho para sacar adelante el nuevo restaurante. 

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