Los seis indicios que han llevado a «El rey del cachopo» a la cárcel

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Los investigadores lo tienen claro, tras tres meses de intensa investigación los indicios que obran en contra de César Román “El Rey del Cachopo” son contundentes. En el grupo VI de homicidios ha conseguido reunir una serie de indicios que tras presentarlos en el juzgado de Zaragoza llevaron al juez a decretar  prisión provisional para “El Cachopo” hasta su traslado hoy a Madrid. ¿Pero qué indicios tendrá que enfrentar César Román dentro de unos minutos cuando declare ante el juez que lleva el caso por el asesinato y descuartizamiento de su pareja?.

En primer lugar, la policía tiene constancia de que Heidi no desapareció a finales de julio cuando se interpuso su denuncia por desaparición. La policía cree que Heidi desapareció el día 5 de agosto porque en esa fecha su teléfono ya no daba señal.

De hecho la policía sabe que ese mismo día, a las 16:21 Román utiliza el servicio de Radio Taxi para pedir un taxi para supuestamente transportar el cadáver de Heidi desde su domicilio hasta la nave del barrio de Usera donde un mes después se hallaría el torso de la mujer. El taxista en declaraciones a los investigadores llega a asegurar que la maleta que portaba “El Rey del Cachopo” pesaba cerca de 60kg.

El tercer indicio que obra en su contra es que la nave estaba alquilada a la empresa Delice Experiencie, representada por César Román.

Cuarto indicio: tras entrevistar a un buen número de socios y trabajadores que habían tenido contacto con Román, todos coinciden en que “El Cachopo” era el único que tenía las llaves de la nave de Usera donde se halló el cadáver.

El quinto indicio . Los investigadores creen que usó uno de sus cuchillos en el crimen. El cuchillo que los investigadores hallan en la nave es a la vista idéntico y corta de igual forma que los cuchillos que la policía localizó durante los registros de uno de los restaurantes de César Román.

Y en sexto y último lugar, César Román siguió haciendo su vida normal, mantiene contacto telefónico con sus allegados e incluso se cita con una persona para intentar venderle varias cajas de cerveza de uno de sus restaurantes hasta el mismo día 13 de agosto. En esa fecha, alrededor de las 14:00 horas es cuando los bomberos localizaron el cadáver de Heidi en la nave de Usera y el momento en que el rastro telefónico y el propio César Román se esfuman hasta su detención el pasado viernes en Zaragoza.

Allí en Aragón estuvo escondido bajo una falsa identidad desde su huida de Madrid, según creen los investigadores. Estuvo desde octubre trabajando como chef con un falso currículo hasta que la dueña del restaurante le identificó y avisó a la policía. El fin de semana el juez de guardia de Zaragoza le envió a prisión por estos indicios y se inhibió al juzgado 32 de Madrid que lleva la  investigación.

Hoy César Román ya está declarando ante la jueza de Madrid tras un accidentado traslado después de que un piquete de funcionarios de prisiones bloqueara su salida de la cárcel de Zuera retrasando su viaje a Madrid.

Aquí le esperan esos seis indicios y todos los demás que la policía ha recabado en una investigación que todavía tiene muchos flecos por cerrar y espera los informes de posicionamiento telefónico, de huellas y de ADN entre otras cuestiones. Todo eso si la juez no decide derivar a César Román a un juzgado de violencia de género.

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