Los padres de Gabriel Cruz «tristes y frustrados» por la quema del muñeco de Ana Julia en Coripe

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Patricia y Ángel, padres del niño Gabriel Cruz, ha recibido con «frustración, tristeza y pesar» la situación producida en «Coripe durante la quema de Judas» el pasado domingo de Resurrección, donde se produjo la quema de una figura que representaba a la asesina confesa del niño, Ana Julia Quezada.

«Nos ha costado un esfuerzo enorme leer la noticia en el periódico y por supuesto no hemos tenido fuerzas suficientes para visionar los vídeos colgados en Internet, asombrados a su vez de que tantos miles de personas pudiesen ver semejante muestra de rabia e indignación», han dicho en una comunicado remitido a Efe.

Gabriel Cruz
Patricia Ramírez y Ángel Cruz, padres de Gabriel, el niño de 8 años asesinado en Níjar, Almería. (Foto: EFE)

Aseguran que tras conocer hoy este hecho, en la localidad sevillana de Coripe, «los primeros sentimientos han sido de frustración, tristeza y pesar».

«A pesar de que, permítanos, el dolor y la rabia que podamos sentir nosotros por la pérdida de Gabriel es incalculablemente más intenso y doloroso, no pudiendo estar de acuerdo en ningún caso con esta acción, donde la rabia y el dolor mal expresado le ganan la partida al buen hacer y el sentido común», han sostenido.

En este sentido, los padres se pronuncian «en aras de proteger a los niños de este país y el resto del mundo que de alguna manera han seguido el ejemplo de que la rabia trae más rabia y la crueldad más crueldad».

No obstante, han valorado la «limpieza, la dedicación, la dignidad y silencio de cada una de las iniciativas surgidas en los diferentes pasos y procesiones que esta Semana Santa han acompañado a nuestro hijo Gabriel (Arcángel que anuncia el nacimiento de Jesús)».

«Nos ha hecho sentir que esta Semana Santa del año 2018 estaba dedicada a la memoria de Gabriel y a toda la buena gente que ha sacado lo mejor de su corazón dejando la rabia aparte y mostrando su amor como único consuelo hacia nosotros, y a nuestro hijo», han manifestado.

Así, aseguran que les sorprendió la «manera tan íntegra y solemne» con las que se fueron sumando iniciativas, desde la «más absoluta discreción y falta de protagonismo en cada uno de los rincones de España, sus calles y sus gentes».

«Nos dejó atónitos el silencio y el respeto hacia nosotros guardando la rabia y ofreciendo a Dios miles de lágrimas hacia nuestro hijo Gabriel ‘el pescaito’ acompañando a cada paso de Semana Santa».

«Tantas lágrimas que podrían haberse traducido en un mar de amor intenso y lleno de buenas acciones, para que su subida al cielo fuese más clarificadora con las oraciones de cada una de las personas que lloraron por su ausencia y rezaron porque estuviese en el reino de los cielos nadando alegre como a él le gustaba y bien se merecía», afirman.

Revelan que les han llegado cartas, relatos y vídeos de «gente buena» de toda España que lloraba la pérdida junto a ellos y «no permitía, como así ha sido desde el principio que ‘la bruja mala’ contaminase los corazones e incluso callaban las bocas que así lo hacían».

«Hablaba el sentido común en boca de miles de personas, protegiendo sobre todo a los niños, miles en este país, del miedo aterrador de tener que aceptar que el mal se encarna y se había llevado a Gabriel, y ofreciéndoles de esta manera la posibilidad de no tener miedo y de ver que en este mundo hay muchos corazones buenos que nos protegen de la maldad más cruel», dicen.

Defienden que «la rabia se guarda en casa, o de puertas para adentro» y que a lo único que puede es llevar a oscurecer el «alma y hacer del camino una amargura insostenible con la que poder dormir tranquilo y con la conciencia relajada».

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