‘El Chicle’, un psicópata sexual homicida, básico y primario

El chicle
José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', autor confeso de la muerte de Diana Quer.

José Enrique Abuín Gey, «el Chicle», es un individuo amoral, que banaliza el mal y que ha hecho de la delincuencia habitual su modus vivendi, pero ni está loco ni padece ningún trastorno psíquico que le haga perder el contacto con la realidad. Con antecedentes conocidos por agresión sexual y drogas, el perfil descrito hasta el momento por los investigadores del caso encaja con el de un hombre de personalidad aparentemente normal e integrado en la sociedad, pero violento.

Desde que se conociese el pasado 31 de diciembre que este gallego, vinculado al clan de los Fanchos y doblemente traidor del narcotráfico -como porteador y recadero de algunos alijos y como delator de sus propios parientes en alguna de las detenciones en las que se ha visto implicado por esta causa- se plantean dudas sobre su personalidad, falta de empatía y patrones de comportamiento.

El criminólogo y profesor de fenomenología criminal de la UNED-IUGM Ricardo Magaz ya adelantó en 2016, pocos meses después de la desaparición de Diana Quer, los rasgos probables del sospechoso en el que debía centrarse la búsqueda: un varón, de entre 35 y 45 años, con antecedentes, residente en la zona, conocedor de la misma y de carácter conflictivo. Su análisis fue certero. No en vano, durante sus más de 30 años como policía judicial, ha tenido una amplia experiencia profesional en la investigación de casos similares y ha mantenido contacto directo con numerosos delincuentes sexuales.

«El hecho de que haya actuado en la zona que domina y donde se siente cómodo es muy revelador» afirma Magaz. «Le daba el control de la situación y una cierta sensación de impunidad». Lo que no ha impedido que en ciertos episodios se jactase ante algunos vecinos de que él conocía detalles de la desaparición de la joven madrileña. «Es un fanfarrón venido a más. Un mentiroso profesional. Un furtivo de la vida que siempre ha buscado el modo de subsistir y ha normalizado moverse en los límites de la legalidad», añade.

Para rebajar la más que previsible elevada condena de «el Chicle», su abogado, José Ramón Sierra, pretende probar la existencia de anomalías psíquicas en su defendido, extremo que los psiquiatras forenses descartan rotundamente. Magaz coincide en el diagnóstico: «Nos encontramos con toda seguridad ante un psicópata sexual homicida, básico y primario -porque elige víctimas con las que no tienen relación previa- desorganizado e improvisador -se embosca, aborda y rapta sobre la marcha cuando considera que ha surgido una oportunidad- pero en absoluto falto de inteligencia».

Narcisista y egocéntrico, oculta tras ambos rasgos sus sentimientos de inferioridad y frustración vital. «Necesita dominar y siente placer al hacerlo, no se trata de un mero disfrute sexual y el hecho de que en el episodio de Boiro se haya arriesgado a atacar cuando se sabía investigado, prueba que sus impulsos son incontrolables y van en aumento», apunta Magaz para quien con las estadísticas sobre la mesa es un delincuente no reinsertable (sin perjuicio de que finalmente no pudiese ser acusado de delito contra la integridad sexual en el caso de Diana Quer).

Por ello, no es descartable que José Enrique Abuín hubiese podido cometer otros delitos de la misma naturaleza en Galicia. Motivo por el que los agentes de la UCO asignados a la investigación, se encontrarían revisando los expedientes delictivos de la comunidad autónoma vinculados a patrones similares, todavía sin resolver. Entre otros el de la joven viguesa o el de la pontevedresa Sonia

Lo último en Sociedad

Últimas noticias