Una mujer muere degollada a manos de su pareja delante de su hija

Violencia machista-Arévalo
Fachada de la vivienda en la que se produjo el asesinato (Foto: Efe).

La Guardia Civil ha detenido en Arévalo (Ávila) a un hombre de 32 años como autor del asesinato de su pareja de 33, a la que degolló anoche con un arma blanca en presencia de su hija mayor, de 3 años, mientras la pequeña de ambos dormía.

La subdelegada del Gobierno en Ávila, María Ángeles Ortega, quien ha confirmado que se trata de un nuevo caso de violencia machista que eleva a 33 asesinatos en España y 3 en Castilla y León en lo que va de año, ha explicado que no existen denuncias previas por malos tratos, aunque sí se tiene constancia de un «altercado» que no fue denunciado.

Los hechos ocurrieron sobre las 23.00 horas de la noche del jueves en un primer piso de un edificio ubicado en el número 6 de la calle del Cedro, una de las zonas de expansión de Arévalo. Según han explicado varios vecinos, la pareja, que estaba en trámites de separación, había comenzado a discutir en plena calle.

La mujer estaba más alterada mientras su asesino, que se dedicaba al reparto de pescado y que trabaja con los padres de su víctima, se encontraba «tranquilo» y, según los vecinos, le decía que subieran al piso. «Ella no quería subir, pero no le di importancia», ha explicado una vecina, que poco después fue advertida por su marido de la discusión que se estaba produciendo ya dentro del piso mientras ella acostaba a sus hijos.

El hombre, al que corresponden las iniciales J.F.G, sacó a la mujer, B.M.B, a la terraza y la estuvo golpeando, mientras la víctima gritaba al vecino de arriba para que la auxiliara. Este hombre bajó desde su casa al primer piso junto a otro vecino para tratar de ayudar, pero nadie abrió la puerta, ni siquiera cuando los agentes de la Policía Local acudieron al lugar.

Poco después y con la Guardia Civil también en el lugar, el hombre abrió la puerta y pudieron entrar en el domicilio encontrando a la mujer fallecida y a la hija mayor de ambos en el lugar de los hechos tras haber presenciado la escena y pedir durante la agresión que su padre abriera la puerta.

Los agentes de la Guardia Civil detuvieron a J.F.G. sin que opusiera resistencia y, según los vecinos, «se metió las manos por detrás para que se lo llevaran y se fue tan campante, como si no hubiese sucedido nada».

Según la subdelegada, la pareja, que no estaba casada, no vivía en la misma vivienda, aunque la mujer «estaba siendo flexible» en el régimen de visitas para que el padre pudiera ver a las pequeñas cuando quisiera. Además, la víctima tuvo tiempo de telefonear al 112 pidiendo auxilio antes de que los vecinos hicieron lo mismo.

 

 

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