Sexo en Nueva York cumple 19 años desde su estreno en pantalla

Sexo en Nueva York
La serie se estrenó un 6 de junio de 1998.

La noche del 6 de junio de 1998, la cadena estadounidense HBO estrenó el que sería uno de sus productos estrella: Sexo en Nueva York. Un retrato de la mujer moderna fuera del ámbito idílico y maternal representado hasta la fecha en la pequeña pantalla.

Carrie Bradshaw y sus tres mejores amigas exploraban cada semana junto al espectador un mundo marcado por el éxito profesional, la independencia y el sexo más desenfadado. Durante las seis temporadas que se mantuvo en antena, la serie fue aclamada por el público y la crítica más voraz. Y no es para menos, Sexo en Nueva York siempre será recordada por ofrecer una visión realista, controvertida y descarada de la mujer del siglo XXI, consiguiendo que gran parte de la audiencia se sintiera identificada con cada una de sus aventuras.

Sexo en Nueva York
Sexo en Nueva York llegó a la parrilla de HBO con un aire fresco y desenfadado.

La primera entrega de la serie fue construida como una adaptación de las publicaciones de la columnista del New York Observer, Candace Bushnell. Amparada bajo la misma profesión que su creadora, Carrie Bradshaw reflexionaba en cada episodio sobre su existencia y la de sus amigas: la dulce y romántica Charlotte, la cínica y valiente Miranda, y una Samatha descarada y divertida. Cuatro personalidades muy distintas que consiguieron crear el tándem perfecto. Sin embargo, una de las figuras más representativas de la ficción nunca compartió con ellas esa pasión por los cócteles y la ropa de firma. Hablamos del apuesto y distinguido Mr. Big, el quebradero de cabeza de nuestra protagonista y su auténtica alma gemela.

El escritor y productor de otras series de éxito como Beverly Hills 90210 y Melrose Place, Darren Star, marcó con Sexo en Nueva York un antes y un después en la ficción televisiva. Convirtiéndose además en la voz de toda una generación deseosa por experimentar y disfrutar de la vida. Muchos consideran este producto como una herramienta a favor del feminismo más íntimo y personal. Una línea que también adoptaron otros productos de igual repercusión, como son Girls o Mujeres desesperadas. En homenaje por su aniversario, hemos querido hacer un repaso por los aspectos más memorables de su trayectoria. Los mismos que la convirtieron en la serie de referencia que es en la actualidad.

La importancia de la amistad

Sexo en Nueva York
Las protagonistas siempre se mantuvieron unidas hasta el final de la serie.

La moda, el dinero, el trabajo, los hombres… No existe nada que supere en importancia a la amistad inquebrantable entre las cuatro protagonistas. Juntas han superado todo tipo de desengaños, problemas y situaciones extremas. Y es que Sexo en Nueva York es, sobre todas las cosas, un relato sobre la fraternidad más sincera. Ya lo dijo Charlotte en una ocasión: “Tal vez nosotras seamos almas gemelas y los hombres solo algo gracioso con lo que divertirnos”.

La ciudad de Nueva York

Los creadores de la serie incluyeron de forma sutil un quinto protagonista de igual relevancia: la ciudad de Nueva York. A través de los 94 episodios que conforman este increíble recorrido, la Gran Manzana mostró su lado más sofisticado y glamuroso. Las calles abarrotadas de gente, los locales de moda, Central Park, esos hermosos barrios residenciales… No existe un solo rincón que no haya sido explotado como parte fundamental de la trama.

Samantha y su idea del sexo

Sexo en Nueva York.
Samantha Jones ofrecía una visión del sexo natural y desenfadada.

Nadie puede negar que Samantha Jones es uno de los personaje más irreverentes de la televisión. Y para algunos, la figura más representativa de toda la serie. Una mujer sin pelos en la lengua, aficionada al sexo más desenfadado y dispuesta a conseguir todos sus objetivos. ¿Qué mujer no ha querido alguna vez compartir su visión de la vida? Sin embargo, a pesar de rechazar el amor con todas sus fuerzas, Samantha también dejó para el recuerdo algunas de las escenas más emocionantes y delicadas de la ficción.

Antes muerta que sencilla

Para poder juzgar el particular estilo de Carrie y sus amigas, es importante tener en cuenta que la serie comenzó en el año 1998. Una época donde la moda seguía un rumbo totalmente opuesto al actual. No obstante, los looks mostrados en pantalla pasaron a la historia como auténticos referentes de la industria. Firmas de la talla de Christian Lacroix, Chanel, Dior o Louis Vuitton participaron en la serie. Sin embargo, Carrie ya escogió desde el primer episodio a su diseñador fetiche: Manolo Blahnik.

El amor está en todas partes

Sexo en Nueva York.
Mr. Big y Carrie, uno de los romances más míticos de la televisión.

¿Quién no recuerda el romance entre Carrie y Aidan? ¿O el matrimonio fallido de Charlotte y Trey? ¿Y al inolvidable Steve Brady? Son muchos los personajes masculinos que han influido en la vida de las protagonistas de Sexo en Nueva York. Sin embargo, entre todos ellos destaca uno en particular: Mr. Big. Un hombre rico y apasionado incapaz de satisfacer las necesidades emocionales de la mujer que vivió rendida a sus pies. Una actitud que mantuvo hasta el final de la serie, cuando el soñado desenlace por fin tuvo lugar. Carrie y Mr. Big se convirtieron así en una de las parejas más míticas de la televisión.

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