Los consumidores serán los grandes perdedores en la guerra de la leche

Isabel García Tejerina
Isabel García Tejerina. (Foto: EFE).

Los consumidores serán los grandes perjudicados por el acuerdo con el que el Gobierno ha querido poner punto y final a la batalla que enfrenta a ganaderos con la industria láctea y los distribuidores. El documento firmando en el ministerio de Agricultura logrará que suban los precios de la leche y que esta no pueda ser objeto de ofertas en los supermercados.

La ministra de Agricultura, Isabel García-Tejerina, ha presentado este miércoles el acuerdo que ha promovido su departamento y ha firmado ASAJA con gran parte de las distribuidoras y de la industria láctea. En dicho documento se fijan unas reglas por las que esta última tendrá que pagar más a los ganaderos por cada litro de leche y se verá obligada a firmar contratos de más largo plazo. Además, García-Tejerina ha anunciado que propondrá en el Consejo de Ministros del viernes que se concedan ayuda a las explotaciones ganaderas por valor de 300 millones de euros. COAG y la UPA se han negado a firmar el documento.

Tras la desaparición de las cuotas lácteas europeas, que restringían de forma artificial la oferta y elevaba el precio que tenían que pagar los consumidores, la retribución que recibían los ganaderos por cada litro de leche se redujo. A esto se sumó una bajada de la demanda en los mercados internacionales, en especial los asiáticos, y la prohibición de exportar a Rusia como parte de las sanciones a Moscú por la crisis de Ucrania.

El sector agrícola de la producción de leche no se reestructuró tras la moderada liberalización que supuso el final de las cuotas y vio como los precios se hundían sin mejorar ellos su productividad. Se llegó a un punto el que se pagaba menos por cada litro de leche que lo que costaba producirlo.

Adiós a las ofertas de leche

El precio medio que cobran los ganaderos es de 29 céntimos el litro. Según los datos de la Organización de Productores de Leche, producirlo cuesta 36 céntimos, por lo que comenzaría a ser rentable a partir de los 36. Con el acuerdo alcanzado, el ministerio y ASAJA pretenden revertir la situación.

Las grandes cadenas de distribución, incluyendo los principales supermercados, se han comprometido a no hacer promociones con la leche. De esta manera, este alimento básico no podrá ser objeto de ofertas que beneficien a los consumidores. Además, el Ministerio se ha comprometido a trabajar para reducir el número de intermediarios existentes en el mercado, de manera que haya menos agentes que puedan comprar la leche para vendérsela a continuación a la industria láctea.

COAG reclama un régimen sancionador

La negativa de COAG y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) a unirse al acuerdo se debe a que, desde su punto de vista, no restringe lo suficiente la capacidad de actuación en el mercado por parte de la industria láctea y las distribuidoras.  Con un lenguaje de ciertas resonancias soviéticas, desde COAG se critica que no se pueda sancionar por no cumplir lo que es voluntario.

En concreto, el responsable de organización de esta asociación de agricultore, Andoni García, ha dicho: “Esto únicamente es posible a través de su vinculación con un régimen sancionador, (que el acuerdo firmado hoy no recoge), por el cual se obligue a los operadores a cumplir con aquellos compromisos que, voluntariamente, hayan decidido asumir. Para el sector es muy importante saber a qué obliga la firma del Acuerdo así como qué sucederá en caso de incumplimiento, aspectos que el texto actual no recoge”.

García-Tejerina ha explicado en una rueda de prensa que el acuerdo no puede contemplar ese régimen sancionados porque va en contra de la legislación vigente.

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