Los anticuerpos pierden fuelle

¿Se puede saber por qué hay rebrotes?

Los anticuerpos que producen las vacunas, refuerzos incluidos, no parecen estar poniendo freno a la entrada de la variante ómicron en las células humanas con tanta eficacia como lo hacen con el virus original

Esto dicen los expertos sobre una posible séptima ola

Los resultados de su trabajo se han dado a conocer en la revista científica Journal of Clinical Investigation Insights.
Los resultados de su trabajo se han dado a conocer en la revista científica Journal of Clinical Investigation Insights.

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Si se está preguntando por qué después de dos dosis de vacuna y un refuerzo se ha infectado con la variante ómicron del coronavirus pandémico, una de las respuestas más plausible es la que dan investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) en un nuevo estudio. En su elaboración han trabajado con expertos de los estadounidenses Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

Los resultados de su trabajo se han dado a conocer en la revista científica Journal of Clinical Investigation Insights. Los científicos sugieren que si bien las personas que han recibido dos dosis de las vacunas y una de refuerzo producen altos niveles de anticuerpos contra la variante original, esos mismos «pequeños defensores de las células» no son tan eficaces a la hora de evitar que ómicron las infecte, según explica la universidad en un comunicado.

Joel Blankson, catedrático en la facultad de medicina de dicha universidad, ha explicado que, de acuerdo con estudios anteriores, los anticuerpos inducidos por las vacunas responden a la cepa original inhibiendo la capacidad del virus para unirse a una proteína (la enzima de conversión de angiontensina 2, o ACE2 -ECA2 en español-), el receptor de la superficie de la célula a través del cual el SARS-CoV-2 accede a su interior. «Nuestro estudio indica que esos mismos anticuerpos tienen un poder inhibidor de ACE2 más limitado, lo cual abre la puerta -literalmente- a la infección», ha explicado.

Para realizar su trabajo, Blankson y sus colaboradores analizaron tanto la respuesta inmune humoral, con anticuerpos específicos para SARS-CoV-2 en circulación y que producen linfocitos B -células B-, como la respuesta inmune celular, que ataca directamente al virus con linfocitos T -células T-. Su estudio se llevó a cabo en 18 adultos sanos con las pautas de vacunación completas, de edades comprendidas entre los 23 y los 62 años (la edad media era 30 años). En todos ellos se produjo infección entre los 14 y los 92 días después de haber recibido una vacuna de refuerzo (la media fue de 50 días).

A 14 participantes se les había administrado la vacuna de Pfizer-BioNTech, y la dosis de refuerzo fue la misma, uno recibió la vacuna de Moderna como refuerzo. A los otros tres les habían dado la vacuna de Janssen como refuerzo. Las dos primeras están basadas en tecnología de ARNm, la de Janssen emplea un vector viral.

Los investigadores compararon las respuestas inmunes de ambos tipos en estas personas con la de un grupo de control formado por 31 personas, de edades comprendidas entre los 21 y los 60 años, que habían recibido vacunas y refuerzos similares, y que no habían tenido infección antes del estudio.

Aunque no fue posible documentar que las infecciones de los brotes se debieran a ómicron, los autores sostienen que esto es lo más probable, porque más del 90% de los casos tratados en el Hospital Johns Hopkins, donde se llevó a cabo el estudio, se debían a esa variante en el momento en el que los participantes empezaron a tener síntomas.

Sin embargo, la infección es leve

Los niveles de anticuerpos contra la proteína que se une a ACE2 (la espícula) eran elevados para el virus originario, pero menores para ómicron. Este fenómeno se observó tanto en los 14 sujetos estudiados como en el grupo de control.

Los resultados son algo diferentes de un estudio anterior, de los mismos expertos, con otra variante del virus. No obstante, lo que sí se ha visto en ambos casos es que una respuesta fuerte de las células T, tanto frente al virus original como a ómicron, explicaría por qué las personas infectadas suelen tener síntomas leves, ha explicado el autor principal.

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