Lo que la ciencia no nos explica del coronavirus

Desde finales del 2019, el coronavirus nos lleva preocupando diariamente, entre otras cosas ya que es muy distinto a casi cualquier enfermedad a la que nos hallamos visto cara a cara anteriormente. Esto se debe a que el virus no para de mutar, además de las variaciones de síntomas de un paciente a otro. Nos enfrentamos, desde el peor caso con síntomas de tos seca, fiebre, diarreas, conjuntivitis, dolor articular, pérdida del sentido del olfato y/o gusto, entre otros, llegando a provocar la muerte del infectado en múltiples ocasiones, hasta el extraño caso de ser asintomático y no tener síntomas. Todos estos fenómenos todavía no tienen una explicación clara.

Origen del virus

Como hemos mencionado anteriormente, este virus fue detectado supuestamente a finales de 2019 en el mercado de Wuhan, una ciudad de China. Tras empezar las preocupaciones, también se empezaron las investigaciones sobre el Covid para averiguar su genoma. Esto permitió averiguar que el coronavirus en personas compartía una similitud del 96% con el coronavirus de los murciélagos, lo que dio paso a la conocida teoría de que su virus había sido traspasado a los humanos a través de otros animales. Al principio se pensaba que este eslabón le pertenecía al pangolín, pero se acabó descartando.

La inmunidad

También mencionado anteriormente, una de las cosas que más llama la atención de este virus (por no afirmar que es la que más), es que cada persona reacciona de una forma totalmente distinta, por no hablar de sus continuas mutaciones. Por esta y otras cosas, por ejemplo su fácil contagio y expansión, el no darse cuenta de la existencia de dicho virus debido a ser asintomático y otras muchas características, es posible considerar al Covid 19 uno de los más peligrosos que la humanidad halla padecido en mucho tiempo.

Diagnóstico y tratamiento

Para confirmar que un paciente que ha estado expuesto al virus no se haya contagiado del mismo, se necesita realizar una prueba PCR. Así se asegura que dicha persona no pueda resultar ser un peligro para otras, ya que hay gente a la que se le puede ver que claramente han resultado contagiados, pero a muchos otros no, ya que son asintomáticos. Para realizar esta prueba se necesita recoger una muestra de ADN del supuesto infectado y “copiarla”, por decirlo así. Y esto sirve para poder encontrar con más facilidad fragmentos o marcas de virus o bacterias.

Respecto al tratamiento de este virus, todavía no hay nada, salvo un medicamento ya existente llamado fenofibrato, una medicina contra el colesterol. Pero respecto a vacunas y otros fármacos todavía todo está en proceso de investigación. Para crear estos productos se necesitan años de investigación, fondos y multitud de pruebas, ya que una vacuna no deja de ser una inyección de dicho virus con alguna debilidad incrementada. Con ello el cuerpo se acostumbra al virus y crea anticuerpos. Pero si dicho virus no estuviese lo suficientemente debilitado, sería como si un infectado nos tosiese en la cara y resultase fatal.

Conclusión

El coronavirus nos lleva atemorizando desde hace más de medio año y todavía nos sorprende con sus mutaciones y cambios en su genoma, lo cual deja muchas incógnitas alrededor del estudio del virus. Lo que si sabemos es que por ahora la única defensa que tenemos es la suerte de ser asintomático y que nuestro cuerpo cree anticuerpos a tiempo. Por otro lado, parece que siempre vamos a tener que llevar mascarillas y un bote de gel desinfectante encima a cualquier lugar al que vallamos durante esta nueva normalidad.