Las dietas mejoran el sueño y el estado de ánimo

Siempre se ha vinculado a las dietas con un proceso largo y desagradable, en donde acabamos poniéndonos de mal humor a consecuencia de los alimentos que se suprimen. Sin embargo, un estudio de miembros del Centro de Investigación Biomédica Pennington de Baton Rouge (Estados Unidos) desvela que las dietas mejoran el sueño y el estado de ánimo, además de la vida sexual, en el caso de las personas que presenten un peso normal o un pequeño sobrepeso que disminuyan el consumo de calorías.

Este trabajo de investigación se prolongó durante un par de años y acaba de publicarse en la revista Jama Internal Medicine. Para ello contaron con la colaboración de 200 personas, entre hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 20 y 50 años. Todos ellos en perfectas condiciones de salud y con un índice de masa corporal de entre 22,0 y 28,0, lo que significa que contaban con un peso normal o un poco superior a lo normal, pero sin llegar en ningún momento a la obesidad.

Se les dividió en un par de grupos. En uno de ellos las personas se comprometieron a reducir el consumo de calorías en un 25%, mientras que los otros continuaban comiendo lo mismo de siempre. Después de dos años, los que pasaron a ingerir menos calorías habían mejorado su estado de ánimo, descansaban mejor por las noches, estaban menos estresados y su deseo sexual también había crecido en comparación con los miembros del otro grupo.

El director del Laboratorio de Comportamiento Ingestivo del centro que se ocupó de la investigación, Corby Martin, asegura que las personas que presentan un peso normal o que cuentan con un pequeño sobrepeso y quieren adelgazar, “no deberían preocuparse por el hecho de que pueda reducirse su calidad de vida”.

Los que debían restringir el consumo calórico un 25% en realidad se quedaron de media en un 11,9%. No se cumplió el objetivo marcado en un principio, pero al menos pudieron quitarse de encima en torno a 7,6 kilos. Por su parte, los miembros del grupo de control no sufrieron ningún cambio importante.

Es complicado predecir si los beneficios hubiesen sido mayores en el caso de que los participantes llegasen a disminuir la ingesta calórica en un 25%, o si por el contrario se hubieran registrado una serie de consecuencias negativas. Los autores de este trabajo se centran ahora en este aspecto, ya que con los datos que tienen sobre la mesa únicamente pueden confirmar que el descenso del 12% del consumo de calorías puede aportar beneficios a la calidad de vida de las personas.

Por otra parte, también hay que destacar que existen distintos estudios que demuestran los efectos negativos que tienen los regímenes que se realizan sin supervisión de un profesional y además tienen una gran restricción en cuanto a calorías. Entre otras cosas nos lleva a la desnutrición y a importantes problemas de salud. Lo que se busca es una dieta que aporte las propiedades nutricionales adecuados para garantizar el adecuado funcionamiento del organismo.