Pedro Sánchez promete a Podemos una reforma constitucional que no puede aprobar

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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en rueda de prensa (Foto: EFE)

Como dos jugadores consumados de póquer, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son conscientes de que han puesto sobre la mesa de negociación compromisos que ninguno de los dos puede cumplir.

Ya no valen los consensos con el PP. Ahora hay que hacerlos con otros, con el IU, con Podemos…”. Con estas palabras se ha presentado el secretario general del PSOE ante los periodistas, tras ser recibido por el Rey Felipe VI.

De este modo, Pedro Sánchez se ha mostrado dispuesto a hablar con todos, salvo con el partido más votado, el PP. Pero a continuación ha lanzado su oferta de pacto con Podemos en el que ha incluido, como eje fundamental, una reforma de la Constitución para avanzar hacia un modelo federal y reconocer a los ciudadanos nuevos «derechos sociales».

Fue también una de sus principales promesas de la campaña electoral, y el señuelo con el que intenta negociar la abstención de los independentistas de ERC y CDC, necesaria para ser investido presidente.

Imposible cambiar la Carta Magna sin el PP

Pero Pedro Sánchez ofrece a sus hipotéticos socios algo que no puede cumplir. Si no está dispuesto a alcanzar ningún «consenso con el PP», nunca podrá sacar adelante su propuesta de reforma de la Constitución, que sólo puede ser aprobada con una mayoría cualificada de tres quintos del Congreso y el Senado (donde los populares tienen mayoría absoluta).

La reforma deberá ser ratificada luego por los ciudadanos en referéndum, si afecta a los derechos fundamentales, a la Corona (regulada por el Título II) o a los aspectos recogidos en el Título Preliminar, que recoge cuestiones como la soberanía nacional, la organización de España como una Monarquía parlamentaria y la obligación del Ejército de defender la «integridad territorial».

Es decir, todos los aspectos de la Carta Magna que quisieran cambiar los hipotéticos socios de Pedro Sánchez: Podemos, IU y los independentistas de ERC y CDC. Ninguno de estos artículos se podrá modificar sin un gran acuerdo entre los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE, que Sánchez rechaza de plano.

También Pablo Iglesias, tras ser recibido hoy por el Rey Felipe VI, ha insistido en introducir «cambios constitucionales», con un «espíritu constituyente», dentro de su ambicioso programa de Gobierno.

Pablo Iglesias ningunea a Felipe VI

Podemos quiere ir más lejos que Pedro Sánchez: pretende que la Carta Magna reconozca el «derecho de autodeterminación» de las Comunidades autónomas, para abrir la puerta a la independencia de Cataluña y el País Vasco, y no oculta que le gustaría sustituir la Monarquía por una República.

No en vano, Pablo Iglesias debe 27 de sus 69 escaños a partidos soberanistas como En Comú Podem de Ada Colau y Compromís. Y Podemos ha acudido a las elecciones al Senado de la mano de Bildu en Navarra.

En la misma rueda de prensa de hoy, Pablo Iglesias ha insistido en ningunear al Rey Felipe VI, recalcando que su papel es meramente «protocolario». Como si se tratara de un ordenanza de la Cámara Baja.

Pero tampoco Pablo Iglesias podrá sacar adelante la reforma constitucional con la que sueña, salvo que su órdago al PSOE obligue a convocar unas nuevas elecciones que cambien por completo el mapa político.

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