Mejillones al azafrán con vino blanco
Mejillones al azafrán con vino blanco, exquisita receta para disfrutar cada bocado. En otro artículo de Okdiario-recetas hicimos mejillones tigres. Hoy otra receta aromatizada con vino blanco y azafrán.
Los mejillones son bajos en calorías y en cambio aporta una gran variedad de nutrientes. Cien gramo de mejillones aportan 70 calorías, tiene ácidos grasos pollinsaurados Omega-3 y también ácidos monoinsaturados. Ambo son grasas beneficiosas para la salud del corazón y el buen funcionamiento del cerebro.
Los mejillones tienen bastante sal, unos 369 mg, por esto hay que tener cuidado de no añadir mucha sal en las recetas. Sorprende la gran cantidad de vitamina A que tienen 304 IU, además de vitamina C, y vitamina B12. En cuanto a minerales tienen calcio, hierro, magnesio y potasio.
Mejillones al azafrán con vino blanco
Ingredientes para 6 personas
Preparación
En primer lugar limpiamos bien los mejillones con ayuda de un cuchillo para que su interior quede limpio. Desechar los que estén abiertos o llenos de arena.
Un truco para límpialos es usar primero un cuchillo para eliminar adherencias en la concha y luego pasar un cepillo de dientes. De esta manera podremos eliminar con mayor eficacia las arenillas y ‘barbas’ que tienen estos moluscos. Luego hay que enjuagar varias veces para que tanto el exterior como el interior queden limpios. A continuación un vídeo de como limpiar los mejillones paso a paso.
Para preparar la salsa de azafrán derretimos la mantequilla en una cazuela con tapa a fuego medio. Añadimos el ajo y cocinamos hasta que estén traslucidos, sobre 1 minuto. Luego añadiremos el vino blanco, la nata y el azafrán. Mezclar todo y cocinar cinco minutos. Mientras cortamos la cebolla, y añadimos el tomate cortado, zumo de limón y el caldo de pescado a la olla.
Cocinar cinco minutos. A continuación incorporar los mejillones a la cazuela y tapar. Dejar que los mejillones se abran con el vapor poniendo el fuego temperatura media, cocinar unos 6 minutos. Trascurrido el tiempo quitar los mejillones que no se hayan abierto. A la basura. Probar el caldito de los mejillones por si hace falta añadir sal. Servir los mejillones en una fuente y añadir el caldito, y un poco de cebollino picado.
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