Risotto de calabaza y queso de cabra

Comenzaremos pelando la calabaza. Para ello, la cortaremos por la mitad, retiraremos la parte central (las hebras y las pipas) y la trocearemos nuevamente en dos. Con la ayuda de un cuchillo grande (y bien afilado), iremos quitando la cáscara procurando no llevarnos demasiada cantidad de carne de la calabaza. Consejo: Muchísimo cuidado a la hora de llevar a cabo esta tarea, ya que la piel es dura y hay que cortar de manera firme para evitar que el cuchillo se nos pueda escapar.

Una vez la tengamos limpia, la partiremos en dados. Reservamos.

Cortamos el queso de cabra y reservamos.

Pelamos y picamos las chalotas. Reservamos.

Pelamos el diente de ajo, quitamos el germen de dentro y, al igual que las chalotas, lo picamos bien fino.

En una sartén añadimos un par de cucharadas de aceite de oliva y, a fuego bajo, pochamos la cebolla y el ajo hasta que estén transparentes, momento en que agregaremos la calabaza y mantendremos hasta que se ablande.

Incorporamos el arroz, removemos, dejamos un par de minutos y echamos el vino blanco, permitiendo que cueza durante unos minutos más para que el resto de ingredientes se empapen bien.

Salpimentamos.

Acto seguido, añadimos el caldo de verduras en pequeñas cantidades para que el arroz pueda ir absorbiéndolo y, a la vez, se cueza. Deberéis estar pendientes y agregar la siguiente cantidad antes de que se quede totalmente seco. No será necesario gastar el litro entero, por lo que podréis emplear el resto para cualquier otra receta, como por ejemplo, este otro arroz con verduras o esta riquísima sopa de fideos de arroz con verduras y setas.

Dejamos cocer en total unos 15 minutos y, transcurrido este tiempo, comprobamos el punto de arroz y, si éste está listo, echamos la mantequilla, removemos hasta que se funda y quede bien integrada y agregamos el queso parmesano.

Retiramos, dejamos reposar tapado durante 1 minuto y servimos poniendo encima una porción de queso de cabra. Sugerencia: Si queréis darle un toquecito tostado a este ingrediente, no dudéis en tostarlo con un soplete de cocina o marcarlo en la sartén, de esta forma, añadirá un punto crujiente que no pasará desapercibido.

Servimos bien caliente.

¡Y ya tendremos este increíble risotto de calabaza y queso de cabra!

Sugerencia: Algo que nos encantaba hacer cuando eramos pequeños era secar las pipas de calabaza al sol para después comérnoslas. Si queréis hacerlo, tan solo tendréis que colocar éstas, bien extendidas y separadas entre sí) sobre una hoja de papel de periódico y ponerlas en alguna ventana donde dé bien el sol. Tardan un poco en secarse pero el resultado, merece la pena.