La Policía combate las novatadas persiguiéndolas e impartiendo charlas en colegios mayores

El pasado 10 de septiembre, unos jóvenes simularon un atraco en una conocida franquicia de moda en Badajoz mientras otros, compinchados con los primeros, corrían y se tiraban al suelo haciéndose pasar por clientes atemorizados, viviéndose momentos de verdadera tensión con una crisis de ansiedad incluida. La Policía detuvo al cabecilla, que se expone a una multa de entre 600 y 3.000 euros. Se trataba de una ‘novatada’.

Las novatadas son tradición en los colegios mayores y residencias universitarias, con gran implantación en Madrid. La excusa de sus ejecutores, los llamados ‘veteranos’, es que los recién llegados pierdan la timidez, se integren, conozcan bien a todos sus compañeros y se hagan con la ciudad y el ambiente que les acompañará los siguientes años. Alegan que ellos también fueron víctimas y que se trata de bromas y experiencias divertidas.

Este año, por primera vez, altas instancias de la Policía se reunieron con el Consejo de Colegios Mayores Universitarios, alertando de las prácticas que podían darse y la urgencia de actuar contra ellas. Los agentes realizan estos días también labores de concienciación, llamando a los afectados a denunciar cualquier hecho que consideren un acoso o humillación. La Ley de Seguridad Ciudadana, recientemente aprobada, se encarga de sancionar otras conductas como delitos contra el orden público o lesión de la libertad sexual.

Las ‘bromas’ que aducen los veteranos pueden ir desde depilar las cejas al novato, despertarlo a gritos en plena noche, desnudarlo y darle una ducha fría o hacerle beber hasta el vómito. El pasado año, Álvaro, en su segundo día en Madrid, murió al caer desde 8 metros sobre la A-6 tras cruzar corriendo un paso de cebra con las manos en los bolsillos, lo que le hizo tropezar. Iba acompañado de dos mayores de su residencia.

No Más Novatadas (NMN), asociación constituida en 2011 contra esta práctica, considera que «no hay novatada pequeña porque en todas se establece el dominio de la voluntad de unas personas por parte de otras y porque permitir que se hagan, por pequeñas que sean, las legitima». En su web, detalla los canales de denuncia administrativa, judicial o de cara a la opinión pública.

Más allá de leyendas o versiones encontradas en todo entorno universitario, las novatadas han costado vidas y, en mayor número, frustración ante un nuevo tiempo que se empieza en ambiente de hostilidad que en incontables ocasiones supera la raya de la legalidad.