El día que Zidane se enamoró de Kepa

Zinedine Zidane es uno de los principales valedores de Kepa Arrizabalaga. El meta vasco se ha colocado en las últimas semanas como el principal candidato a reforzar la meta del Real Madrid de cara a la próxima temporada. David de Gea sigue gustando mucho, sobre todo a la cúpula del club, pero la oportunidad de mercado que supone el hacerse con un arquero de esa proyección a coste cero, ya que acaba contrato el próximo mes de junio, ha provocado que por la casa blanca todos empiecen a ver con muy buenos ojos al internacional español. Y Zizou es uno de los que más apuestan por él.

Al entrenador francés le convence especialmente Kepa por los excelentes informes que Luis Llopis, entrenador de porteros y hombre fuerte en el cuerpo técnico, ha hecho del arquero. El técnico de Hernani conoció al joven guardameta durante su etapa en el Athletic, donde fue ayudante de Joaquín Caparros, y pronto se quedó prendando de un canterano que, aunque no era el más alto, sólo hacía falta verle bajo los palos de los campos de Lezama para darse cuenta de que estaba llamado a ser un arquero de época.

Pero antes de que Zidane conociera a Kepa a través de los informes, éste ya  había sufrido a Arrizabalaga en su primera temporada como entrenador. El Castilla visitó Lezama un lluvioso 20 de septiembre de 2014. La tormenta fue de tal magnitud por tierras vascas que apunto estuvo de suspenderse el partido. De hecho, tuvo que empezar con 15 minutos de retraso.

El filial madridista, liderado por hombres como Burgui, Derik, Medrán o Raúl de Tomas, y con un Zizou que sólo sumaba dos partidos como primer entrenador, se midió a unos cachorros rojiblancos que tenían una de las mejores hornadas de los últimos tiempos del Athletic. Iñaki Williams, Merino, Yeray, Lekue o el mencionado Kepa eran los líderes de un equipo que terminaría subiendo a Segunda División. En el banquillo, estaba Cuco Ziganda, actual entrenador de los de San Mamés.

El partido fue tremendamente igualado y todas las intentonas madridistas se toparon con un Kepa muy seguro. Finalmente, un gol de Williams en los minutos finales provocó la derrota del filial madridista. Aquella tarde, el joven portero demostró madurez, un excelente juego con los pies y una solvencia bajo palos que llamó la atención del cuerpo técnico del Real Madrid. A Zidane le acompañaban Bettoni, actual segundo entrenador, o Julio de la Morena, médico del primer equipo en este momento. Todos ellos vieron en Kepa un portero de futuro. Y no se equivocaron.

Ahora, tres años y casi dos meses después de aquel partido, el nombre de Kepa suena con mucha fuerza en las oficinas del Santiago Bernabéu. Que termine vistiendo de blanco o no dependerá de lo capaz que sea de aguantar la presión que va a tener que vivir en los próximos meses.