Isco se mordió la lengua cuando Zidane le cambió

Isco está aprovechando las oportunidades que le está dando Zidane de la mejor manera posible. El malagueño ha vuelto a ganarse un lugar importante en los esquemas del entrenador francés gracias a sus buenas actuaciones ante el Betis y el Athletic, dos victorias fundamentales para que el Real Madrid marche en estos momentos líder en solitario en Liga.

El joven de Arroyo de la Miel ha recuperado su mejor versión en estos dos últimos encuentros ligueros y el Santiago Bernabéu lo agradece. Los ligeros pitos que recibió ante el Eibar se han transformado en aplausos e incluso la parroquia blanca llegó a corear su nombre cuando fue sustituido en el minuto 65 frente al conjunto vasco este domingo.

El cambio que enfadó al Bernabéu

El cambio no gustó demasiado al jugador malagueño ni a la afición merengue, que respondió con algunos pitos cuando vio que Zidane había decidido sentar a Isco para dar entrada a Lucas Vázquez. Isco ha dado un paso adelante tanto en sus prestaciones como en el terreno de juego.

Frente al Betis y al Athletic está jugando un poco por delante de Kroos y Kovacic y se acerca más a la posición en la que siempre ha brillado más, en la mediapunta. Dos goles en el Villamarín y una asistencia a Benzema en el Bernabéu frente a los vascos hacen que el joven internacional español se haya ganado de nuevo la confianza de un Zidane que nunca ha dudado de sus condiciones.

Isco sabe lo difícil que es jugar y ser importante en este Real Madrid por la enorme competencia que existe, pero su sueño sigue siendo triunfar con la camiseta blanca. Trabajar, callar y demostrar sobre el césped que merece un papel protagonista. Eso es lo que tiene que hacer el malagueño y lo que está haciendo.

Zidane creyó oportuno que tenía que ser el primer sustituido ante el Athletic y al jugador, lógicamente, no le gustó el cambio. Pero agachó la cabeza, se mordió la lengua y se marchó al banquillo sin rechistar. Una actitud importante y que el técnico valora, pues otras veces fue él el suplente y le tocó entrar por un compañero al que tampoco gustaría ser el sacrificado. «Esto es un equipo», repiten en el vestuario tanto el cuerpo técnico como los jugadores…