LAS PALMAS 2-2 REAL MADRID: JORNADA 6 DE LIGA

El Madrid regala dos puntos

dani carvajal
Carvajal, tendido en el suelo ante Las Palmas. (Getty)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Hay una vieja máxima en el fútbol que dice que, quien perdona, lo paga. Eso le ocurrió al Real Madrid ante Las Palmas. Dos veces tuvieron los de Zidane ganado el duelo y dos veces se lo dejaron empatar. Moraleja: los blancos regalaron dos puntos en el estadio de Gran Canaria.

Las rotaciones son para Zidane lo mismo que ir al gimnasio para un tronista: una costumbre, una obligación y casi una obsesión. Así que sexta jornada de Liga y sexto once distinto de un Real Madrid donde los minutos están más repartidos que el gordo de Navidad. Entraban Nacho, Asensio y Morata en el equipo y volvía Modric, que descansó ante el Villarreal.

Zizou sacaba en Las Palmas un once con seis españoles y cuatro canteranos, pero también con la experiencia de Sergio Ramos y Toni Kroos y con la pegada de Bale y Cristiano Ronaldo. Es lo que tiene disponer de una plantilla de clones donde, pongas a quien pongas, siempre va a ser atractivo a la vista. Como las hermanas Kardashian, vamos.

Al contrario que ante el Villarreal, el Real Madrid salió dispuesto a presionar arriba, muy arriba, a Las Palmas. Pero los de Setién no se arrugaron y también saltaron al césped con intensidad y descaro. El partido era un reggaeton donde todos querían romper tarima. Un disparo de Kroos y un cabezazo de Morata a los siete minutos, despejados ambos por Javi Varas, mostraban el cambio radical en la actitud de los de Zidane.

Los de Setién capeaban el temporal blanco con estoicismo y buen pie, pero Morata les estaba haciendo un roto. Una notable jugada en banda del delantero madridista no la supo rematar Cristiano, que se hizo un lío dentro del área, en el minuto 13. Definitivamente, el Real Madrid se estaba tomando el duelo muy en serio desde el principio. Zidane sonreía en el banquillo, porque su equipo estaba llamando a las puertas del gol con la insistencia de Sheldon Cooper en Big Bang.

El Madrid presiona y juega

Molaba el partido, porque el Madrid había salido a por el partido, pero a Las Palmas no les quemaba la pelota. Una incursión de Carvajal en el 23 generó la enésima llegada al área de los blancos, pero el remate de Morata se perdió en un bosque de piernas amarillas. El gol del Real Madrid se resistía en aparecer como la novia en una boda, pero parecía solamente una cuestión de tiempo.

Un par de emboscadas de Jonathan Viera dieron aire a Las Palmas y provocaron que Casilla se ensuciara los guantes. Una diagonal de Bale en el 28 sembró el caos en la zaga local, que apenas atinó a sacar la pelota en boca de gol. El galés se había echado al Madrid a la espalda en el último cuarto de hora. Y tanto fue el cántaro a la fuente de Javi Varas que al final Asensio lo rompió.

Fue una sensacional maniobra de Nacho, propia del mismísimo Marcelo. Robó la pelota en campo contrario con una presión excelente, aceleró y se plantó en el área de Las Palmas. Su disparo cruzado lo rechazó el meta insular, pero ahí estaba Asensio para aprovechar la segunda jugada. Desde luego, la presión del Real Madrid estaba dando sus frutos.

Pero Las Palmas no se iba a dar por vencido fácilmente. El Real Madrid se confió en un centro de Momo desde la izquierda, que despejó blandito Varane. Tampoco Nacho ni Ramos acertaron a despejar y la pelota cayó en los pies de Tana, que la clavó junto al palo derecho de Kiko Casilla. A los de Zidane les tocaba remar otra vez. Lo intentó Bale con una volea dentro del área que salvó Javi Varas en el 42.

Toca remar

En la reanudación continuó el vértigo. Y el dominio del Real Madrid. Y la resistencia con la pelota de Las Palmas. Un gol (bien) anulado a Cristiano Ronaldo en el 55 fue el primer aviso del equipo madridista en la segunda parte. Pero de repente los de Zidane perdieron gas en la presión. El duelo encaraba la media hora final con la incertidumbre del empate. Pero a Zizou le quedaban tres balas en la recámara en forma de cambios.

El primero fue Benzema, que suplió a Marco Asensio. Pudo marcar nada más salir el francés después de un córner bien peinado por Varane, pero todavía estaba frío. Volvía a rondar el gol el Real Madrid, pero podía pagar cara su falta de puntería como le ocurrió ante el Villarreal.

No fue así. A la segunda, Benzema aprovechó su ocasión para hacer el segundo. La maniobra la inició Morata que filtró un pase a Cristiano. El luso se metió en el área y disparó a bocajarro a Javi Varas, que rechazó la pelota. Y por allí meroeaba Karim y la metió para dentro. Al revés que en los dibujos de Silvestre y Piolín, el gato cazaba al canario.

Los huevos de Zidane

Luego Zidane dio su enésimo golpe de autoridad al sacar del campo a Cristiano Ronaldo para meter a Lucas Vázquez. El luso miraba al marcador y no se creía que lo sacaran del campo. No le gustó un pelo el cambio, pero Zizou no se casa con nadie. Era el cambio que pedía el partido y el técnico madridista, que tiene el pulso de un cirujano, lo hijo. Olé tus narices, Zinedine.

El tercer cambio fue Isco. Salió del campo Morata, exhausto, pero con la sonrisa del deber cumplido. Pero el partido, aunque lo parecía, no estaba ganado. Otro despiste defensivo colectivo de la zaga blanca propició el 2-2. Ni Varane ni Ramos llegaron al despeje y Araujo, después de aprovechar el rechace de Kiko Casilla, hizo el gol del empate. Zidane no se lo podía creer. Isco en el añadido tuvo el 3-2 en su cabeza, pero el Real Madrid acabó regalando dos puntos en un partido que tenía ganado. Dos puntos valiosísimos. Dos puntos de los que los blancos podrían acordarse (y mucho) a final de temporada.

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